La 58 Edición del Festival de Cannes ha concluido con cierta sensación de desconcierto. Para el crítico Carlos Boyero se trata “del mejor festival que hemos vivido en los últimos años”. Para otros colegas, el plantel de autores que ofrecían las principales secciones del evento, autores que en cierta manera este festival ha contribuido a poner en órbita cinematográfica, no ha brindado las obras maestras que se esperaban.
Por otro lado, Cannes siempre ha conjugado negocio y arte, y en esta edición el atractivo de los filmes exhibidos, que constituirán el grueso de los estrenos prestigiosos a lo largo del año, no ha calado en los posibles compradores. Algunos distribuidores han manifestado públicamente su disgusto por el carácter minoritario y retorcido de muchas de las películas presentadas, algo que dificultará su repercusión en taquilla.
Y es que no todo el cine puede gozar del tirón popular de La Venganza de los Sith, cuyo estreno mundial en Cannes ha demostrado una vez más la distancia entre las demandas del público de a pie y la oferta de los cineastas consagrados en festivales como este.
De hecho, Cannes ha validado sus elecciones previas otorgando sus galardones más importantes a realizadores ya premiados aquí anteriormente. Así, los realizadores Luc y Jean-Pierre Dardenne han obtenido la Palma de Oro a la mejor película por L’Enfant, historia de un joven marginal que hará cualquier cosa para sobrevivir. Los Dardenne habían ganado el mismo premio en la 52 edición del festival (1999), así como el galardón a la mejor actriz (Émile Dequenne), por Rosetta; y en la 55 edición (2002) era Olivier Gourmet el elegido como mejor actor por El Hijo, anterior largometraje de los hermanos belgas.
De la misma manera, si el realizador austriaco Michael Haneke había logrado en la 54 edición (2001) el Gran Premio del Jurado, y los correspondientes al mejor actor (Benoit Magimel) y la mejor actriz (Isabelle Huppert) por La Pianista, hoy obtiene el premio al mejor director por Caché, intriga dramática protagonizada por Daniel Auteil y Juliette Binoche.
En cuanto a Broken Flowers, crisol de comedia y road-movie presentada a concurso por Jim Jarmusch, se hace con el Gran Premio del festival. Pues bien, Jarmusch también cosechó la Palma de Oro –en el apartado de cortometrajes- en 1993 por Café y Cigarrillos, y el galardón a la mejor contribución artística en 1989 por Mystery Train.
Por lo demás, Tommy Lee Jones es considerado el mejor actor por The three burials of Melquiades Estrada, su ópera prima como director cinematográfico. Guillermo Arriaga consigue el galardón correspondiente al mejor guión por el mismo filme. Hanna Laslo es considerada la mejor actriz por su interpretación en Free Zone, de Amos Gitai. Y el Premio del Jurado es para Shanghai Dreams, del director chino Wang Xiaoshuai.
En cuanto a los cortometrajes, la Palma de Oro y el Premio del Jurado son respectivamente para Podorozhni, del realizador ucraniano Igor Strembitsky, y para Clara, del australiano Van Sowerwine.
Por último, los galardones Cámara de Oro recaen ex aequo en Sulanga enu pinisa, de Vimukthi Jayasundara (Sri Lanka); y en Me and you and everyone we know, de Miranda July (EE.UU.).