Un viejo motel de carretera, diez inquilinos y una tormenta que los aísla. Cada uno de ellos con sus propios rasgos y pasado, todos con algo en común que desconocen, pero que tendrán tiempo de ir descubriendo a medida que vayan cayendo uno a uno.
Que esto degenere en una u otra dirección, que la búsqueda de esa dirección lleve en sus ánimos de efectismo a un punto de incongruencia que supere lo humanamente soportable, es algo que puede dejarse durante un tiempo en segundo lugar. El tiempo justo que marca un inicio que con sucesivos vaivenes temporales salta de un personaje a otro para iniciar cada una de las vidas concretas, preámbulo para unirlos en una localización dispuesta para convertirse en un personaje más, a menudo único responsable a falta de otra posibilidad, de la siniestra velada carnicera.
En ese lapso el suspense se consigue con todos los elementos operando con corrección, logrando la inmersión en la historia y preparando el camino a un desenlace incognoscible. Así que posteriormente la trama es sólo una necesidad que aquí opta por la fórmula que nos marca el título, jugar con trastornos de identidad para mientras se reincide en esa idea de qué es verdad y qué no lo es, seguir acaparando la atención del respetable.
Como uno de los mayores elementos de apoyo, el plantel de actores con algunos nombres destacados y un casting a medida que ayuda a dar profundidad y por ello realismo a quienes han de perecer, convirtiéndose así en otra razón de ser de la cinta aparte de la propia matanza. Además es otro de los rasgos que evidencian un cruce de una dirección y producción aparentemente contradictorias extrañamente unidas para la ocasión: el director de "Inocencia Interrumpida" elige unas formas, la producción de Scream (sí, otra vez) cuenta los fiambres. Ambos lados podrán estar contentos a su manera, y el resultado a pesar de no ser particularmente descorazonador ni un hito en sobresaltos, lleva en un buen inicio y sutil desenlace el equilibrio suficiente para ser opción en noches de lluvia. Para los que tengan clara su identidad, se entiende.