Con la proyección en la sesión inaugural del jueves 24 de En la Cuerda Floja, bio-pic de Johnny Cash dirigido por James Mangold, y la clausura el próximo 2 de diciembre a cargo de Todo está iluminado, de Liev Schreiber, cabe hacerse una idea sobre las intenciones del Festival Internacional de Cine de Gijón. En su 43 edición, el certamen sigue apostando por películas que recojan miradas y tendencias ajenas a los circuitos tradicionales de distribución.
Una tendencia que estableció José Luis Cienfuegos, director desde hace diez años, y que ha hecho de Gijón cita ineludible para quienes estén interesados en la vanguardia y la radicalidad cinematográficas. Este año se exhibirán hasta 150 filmes, agrupados en secciones: en la oficial a concurso competirán catorce largometrajes, entre los que podemos destacar en principio Como un avión estrellado, realización del argentino Ezequiel Acuña que se alzó con el principal galardón del Festival de Cine Independiente de Buenos Aires; Murderball, documental en torno al equipo norteamericano de rugby paralímpico que, como ya habíamos informado, ha sido preseleccionado para el Oscar; Thumbsucker, original producción premiada en Sundance, con Tilda Swinton y Keanu Reeves; Adam & Paul, recreación del Ulises de James Joyce en la piel de dos dublineses politoxicómanos; y Workingman’s Death, otro documental, en este caso sobre oficios inhumanos, con música de John Zorn.
Fuera de competición, y junto a la citadas En la Cuerda Floja y Todo está iluminado, se han seleccionado Police Beat, retrato del día a día de un policía de origen senegalés en Seattle; Sugar, ópera prima del artista irlandés Paddy Jolley; y Keane, ganadora de los premios especial del jurado y de la crítica en Deauville.
Completan la programación apartados dedicados al cortometraje (Nacho Vigalondo estrenará su segunda obra tras 7:35 de la mañana, Choque), al cine infantil y juvenil (Enfants terribles), al independiente (Llendes), y al europeo ausente de los cines comerciales (Esbilla); así como retrospectivas y homenajes a Todd Solondz (director de Happiness), el finlandés Pirjo Honkasalo (Los Tres Estadios de la Melancolía) y la francesa Claire Denis, de la que se exhibirá su filmografía completa.
Denis, cuya obra trasciende géneros, nacionalidades y convenciones fílmicas, ha pasado estos primeros días de festival por Gijón. Allí aprovechó para defender la idea de una Europa “donde el ciudadano se siente seguro en el seno de una colectividad” y rechazar la de una globalización económica “que no funciona”. También estuvo en la ciudad asturiana Isabel Coixet, que recibió un premio especial por su aportación al cine independiente, y que no dudó en calificar la programación de este festival como mejor que la de Venecia, donde ejerció como jurado hace unos meses.