Para la productora Disney, llegar a un acuerdo en 1991 con John Lasseter, creador de la empresa de animación infográfica Pixar, fue un hecho trascendental. En los años siguientes Toy Story I y II, Bichos, Monstruos S.A. , Buscando a Nemo y Los Increíbles, todas ellas gestadas en Pixar, fueron las que permitieron a Disney sobrevivir como gran estudio en Hollywood.
Sin embargo, con el estreno el próximo 9 de junio de Cars, terminaba una asociación gratificante para ambas partes. Disney, evidentemente, se aprovechaba del talento creativo de Pixar. Y esta última disfrutaba del respaldo de un gran consorcio multimedia y de distribución. Con el final del trato se abría un periodo de incertidumbre para Lasseter, obligado a buscar otros apoyos financieros para futuros proyectos, y para Disney, en cuyo seno existían dudas sobre su capacidad para explotar el filón de unos personajes cuyos derechos poseía, pero que en futuras secuelas podían quedar reducidos a la nada.
Para alivio de los cinéfilos, el pez grande ha optado por comerse al chico respetando su independencia creativa, algo parecido a lo que ha hecho recientemente Paramount con DreamWorks. Disney ha comprado Pixar por 7.400 millones de dólares, y Lasseter pasa a ser responsable del departamento de animación de la Mouse House. Su primera decisión no se ha hecho esperar: Toy Story 3, que preparaba Disney por su cuenta, ha sido cancelada en pleno proceso de producción.