Richard Curtis lo tiene claro, el amor es una fuente inagotable de conflictos. Muestra de ello son sus anteriores títulos, ya que de su pluma han salido las mejores comedias románticas de los últimos tiempos: "Cuatro bodas y un funeral","Nothing Hill" y "El diario de Bridget Jones". Con "Love actually", Curtis se enfrasca en la nueva tarea de dirigir, con un reparto de escándalo, los avatares de un puñado de personajes en búsqueda permanente de ese sentimiento tan universal en cualquiera de sus múltiples formas. Así, el primer ministro británico se enamora de una empleada en Downing Street, un padre busca el cariño de su hijo tras la pérdida de la madre, un escritor conoce a una portuguesa que no habla ni media palabra de inglés pero, claro, el amor no conoce idioma.... así hasta completar nueve historias cuyo leitmotiv, el amor, es común en todos los casos.
Desde luego, "Love actually" cumple con todas las expectativas creadas y funciona con la precisión de un reloj suizo. En ella se combina con notable exactitud las adecuadas dosis de sentimentalismo y alta comedia -y aquí surgen las diferencias entre el humor británico, mucho más complaciente y borde que el, a veces, rígido humor americano-, como ejemplo de desternillante humor british sólo hay que echar un vistazo al increible desparpajo de Bill Nighty ejerciendo de estrella de Rock en horas bajas, sin duda lo mejorcito del filme. Completada por un reparto de verdadero lujo, encontramos lo más selecto del panorama británico actual: Emma Thompson -estupenda como siempre- ,Hugh Grant, en su papel habitual, el gran Allan Rickman,y un Colin flirt cada vez más recuperado desde su lejano "Valmont"... sin olvidar la importante aportación estadounidense (una lástima que Laura linney no tenga más papel).
"Love actually" se erige como la más encantadora comedia coral de los últimos años, sin que por ello resulten creíbles las historias que se van entrecruzando, claro que tampoco hace ninguna falta para que este producto comercial salga airoso.
Que este filme rompa taquillas de medio mundo parece evidente, ya que Curtis ha encontrado una mina de oro,algo a lo que Hugh Grant(aquí ejerciendo de imposible Primer Ministro) debe estarle eternamente agradecido, consiguiendo con él arrolladores éxitos comerciales.
En los tiempos que corren,supone un auténtico lujo que en una cinta de larga duración como la que nos ocupa, no existan esos tiempos muertos tan difíciles de superar: "Love actually" se disfruta de principio a fin.