Ya había quedado bastante claro con las versiones de Ps2 y Xbox, lanzadas a finales del pasado año. Pero no está de más tener una nueva ocasión para ratificarlo, más que nada porque esta se traduce en volver a disfrutar la cuarta entrega de Colin McRae, que superando puntuales deficiencias de la tercera parte de la saga, recoge todo el peso de la competición de CodeMasters en rally y lo lleva a unos niveles de difícil competencia.
Esto es así, porque hace sentir las emociones propias de la alta competición desde las primeras partidas para luego ir añadiendo alicientes a través de sus varias modalidades. Y cuando de los simples rallys a los campeonatos - con todos los incentivos propios de desbloqueo de opciones inicialmente cerradas- ya merece ser encumbrado, llega el modo de juego en red (vía lan o internet) y hace que el término competición cobre todo su significado.
Empezando no obstante por uno de los principales motivos que hacen del título uno de los indispensables -al menos para todo aquel que tenga una mínima afición a la conducción-este es el de aunar una amplia cantidad de posibilidades a la vez que se cumple con alto nivel en todos sus apartados. Porque desde una partida de prueba en una carrera simple, hasta el campeonato en el modo experto más cualificado, el largo recorrido hará que quien caiga en el asiento de Colin, tarde mucho tiempo en volver a levantarse.
Así, además de poner niveles en cuanto a diferentes grados de deterioro en el coche, los vehículos de tracción a las dos, cuatro ruedas, los clásicos o la gama de los ochenteros (una nueva opción que llevará a mucho entusiasta del rally a un lugar conocido) dan distintos modos de juego en que cada uno de los coches responderá a su forma redescubriendo las carreras.
En estos modos, el acceso tanto a algunos modelos como a algunos campeonatos, depende del desbloqueo previo logrado en el avance a golpe de victoria. Aunque Codemasters gentilmente ofrece un sistema de pago para acceder a estas opciones, a base de habilidad y tenacidad –algo que en estas circunstancias no será difícil tener, gracias a su nivel de adicción- también se llegará a sacar el rendimiento que todas sus prestaciones ofrecen.
Las carreras
Es importante destacar uno de los recursos de personalización que revisten más importancia, como es el de la elección del punto de vista a la hora de correr. Esto es así porque será muy diferente tenerlo en la parte posterior, en cabina, o en la parte delantera. Además repercute en los distintos grados de realismo, con mención especial para el de introducción en cabina, que si puede verse acompañado de la sustitución de los manejables controles del teclado por el espectacular del uso de un volante, nos obliga a ponernos casco víctimas de la emoción.
También incide en el aspecto sonoro, donde la acústica pura, traída directamente del núcleo de los más conocidos rallys, variará según la escuchemos desde uno u otro lugar.
Pasando al aspecto gráfico, pese a que la activación del anti-aliasing y el uso de resoluciones mayores con más detalle en texturas exige equipos de una muy elevada potencia, lo normal en un equipo relativamente actualizado es que sólo ligeros y puntuales jaggies que pasan pronto desapercibidos puedan reseñarse. Bien corriendo sobre nieve, tierra, frondosos bosques o terrenos desérticos, la sensación de estar metidos en una temporada nos hará olvidar que seguimos enfrente del ordenador y que la realidad aún nos separa de salir en los noticiarios por nuestros podios.