Se acaba de editar en españa su último trabajo, “Con todo respeto”, un disco de versiones no demasiado convencionales. Desde el otro lado del charco hablamos por teléfono con Paco Ayala, bajista y voz de la formación mejicana.
Después de tres discos con los que habéis conseguido tener éxito tanto en México como a nivel internacional, ¿qué es lo que os empuja a realizar un disco completo solamente con versiones?
Fue Universal las que nos invitó a realizarlo. Nos propuso hacer un disco conceptual para el 2004 y dentro de esta idea se nos ocurrió un disco entero de versiones de canciones que nos gustaran. No especialmente canciones que fueran un reflejo de las influencias que hay en nuestra música sino más bien que principalmente nos pusieran de buenas.
Ha resultado un disco más bien de versiones, no de covers, porque las canciones no están tocadas tal y como se hicieron originalmente. Pero teníamos muchas ganas de hacerlo. Habíamos hecho ya versiones como la de Rap, Soda y Bohemia, basada en el clásico de los Queen; y en la prehistoria del grupo habíamos participado en tributos y homenajes donde hacíamos también versiones de las canciones y no covers. Y así hemos grabado este disco donde hemos metido nuestras ideas y direcciones para que sea un disco donde Molotov reinterpreta totalmente grandes canciones.
Una de las cosas que nos llama la atención es la gran cantidad de canciones de los 80 que habéis seleccionado.
Hay de todo un poquito. El problema que veo ahora es que creo que todo suena un poco como en los 80. Pero tenemos por ejemplo Perro Negro de los 60, La Boa de los 50, Diseño Rolas de Lipps Inc. es de finales de los 70 y principios de los 80, Mi Agüela es del 91. Parece que son de la misma década, pero luego te das cuenta que pertenecen a distintas épocas.
¿Qué proceso seguisteis para la elección de las canciones?
Solíamos quedar en casa de Tito los martes para aportar sugerencias, escuchar canciones... realmente teníamos una lista gigantesca de versiones que se nos ocurrían. Cogimos estas doce al final porque de alguna manera nos marcaban. Por ejemplo, la de Amateur, del Rock Me Amadeus del austriaco Falco, era la típica canción que nos ponían en todas las fiestas cuando íbamos a secundaria. La Boa, por ejemplo, es una canción más como de boda o las fiestas familiares de cuando teníamos quince años. El disco conceptual también lo hemos enfocado como un disco con canciones que puedan escucharse de fiesta. En definitiva un disco que sea divertido.
El disco, aún conteniendo tanta mezcla de canciones diferentes, sigue sonando a los Molotov de siempre: altas dosis de ironía, irreverencia, diversión...
En el caso por ejemplo de The Revolution Will Not Be Televised (La Revo), de los 60, estuvimos trabajando con la demo, intentando encontrar el balance justo tratando que la canción original pudiera ser identificada y que siguiera sonando a Molotov. En este caso la traducción era tal cual el original. Luego Randy realizó una adaptación actualizada, una crítica a los medios mejicanos, a los personajes que justo ahora están en las pantallas de la TV. En el disco hay un poco de crítica social, sarcasmo, incluso autocrítica... en el mismo Amateur hablamos de nosotros mismos. No tenemos que olvidar que muchas veces somos parte de la basura que criticamos.
¿Cómo ha sido para vosotros meteros por primera vez en el tema de producción?
Una muy buena experiencia. Increíblemente complicado, porque cuando estás solamentede músico no te involucras tanto como cuando estás de productor. Es un trabajo que ya habíamos experimentado en el anterior disco, pero ahora hemos llevado mucho más la batuta y hemos podido trabajar muy bien en equipo aunque seamos muy distintos. Es una buena experiencia; muy desgastante, pero al final tienes el disco en las manos hecho realidad y es un orgullo decir que lo hemos hecho nosotros de pe a pa. La parte artística del disco también la coordinamos nosotros con el diseñador Eduardo Chavarín.
¿Se os hace difícil a estas alturas de vuestra carrera el provocar?
No, porque nunca ha sido nuestra intención. Después de cuatro discos espero que la gente se dé cuenta de que no es nuestro fin provocar, tratar de ser irreverentes o polémicos. Indudablemente si se hace así se crea también una censura, un morbo que lleva a vender más discos pero que finalmente desvirtúa el mensaje real hacia el público. No deja de ser lo mejor tocar en vivo y que la gente vea realmente a Molotov; que no somos hijos de Satanás ni enviados de una secta. Es como cualquier concierto divertido. Y el mensaje sí es algo crítico, pero nada más. No es nuestra intención llamar la atención. Nos gusta hacer la música a nuestra manera, y ésta es bastante directa y explícita e indudablemente saca escamas en algunos sectores.