Alan Parker siempre crea enorme suscitación en cada nuevo estreno. A este cineasta, amigo de la polémica, se le puede considerar uno de los mejores directores capaces de fusionar música y cine y salir bien parado.Prueba de ello son las ya míticas "Fama", "The commithments"y "Evita".Con una extensa filmografía, también ha concebido obras donde su visión se radicaliza ante las causas perdidas, experimentando en los niveles más bajos de la debilidad humana(véase "El expreso de medianoche", "Arde Mississippi"o "las cenizas de Angela").
Con "La vida de David Gale", Parker prosigue en esta línea comprometida y construye un duro alegato contra la pena de muerte.David Gale(inconmensurable Kevin Spacey), un abolicionista de la pena capital es, paradójicamente, acusado del asesinato y violación de una compañera de protestas.La escena se sitúa tres días antes de la ejecución, cuando el reo concede una entrevista que logrará cambiar la actitud de la joven periodista(Kate Winslet).
Rodada a modo de thriller, el director británico denuncia la brutal deshumanización que el aparato estatal norteamericano ejerce sobre la población penitenciaria.La localización no es casual(Texas es el estado con mayor índice de ejecuciones), como tampoco lo es la elección de kevin Spacey, cuya intensidad ofrece momentos de conmovedora credibilidad.
Este no es desde luego un thriller al uso, sin embargo si existen elementos propios del género que provocan algún que otro convencionalismo. Salvando ese detalle, la intriga está servida y Parker la lleva a buen término implicándose en un lúcido guión que le sirve de terapia, dada su loable inquietud contestataria.