Basada en un hecho real, "Escenas de un crimen" presenta, a modo de thriller, la típica historia de "chico bueno en lugar equivocado". El chico en cuestión trabaja como chófer de un gánster. El trabajo parece fácil pero, cosas del cine negro, la trama se irá complicando cada vez más.
Dominique Forma debuta con este filme utilizando elementos clásicos del género pero, dada su escasa experiencia en estas lides, el prometedor arranque se queda a medio camino. La presentación de los personajes goza de momentos interesantes, pero la promesa de intenso ejemplo de cine negro acaba desinflándose, y eso que su temática daba mucho más de sí.
Para que un thriller funcione, la tensión dramática debe ir en aumento, para luego acabar atando todos los cabos. La fórmula se aplica aquí de manera artificiosa y convencional, aunque la elección de Jeff Bridges aporta indudables dosis de calidad a todo el conjunto. Las otras caracterizaciones pasan con más pena que gloria( salvo el sorprendente cambio de registro de Noah Wyle) y la tensión emocional va perdiendo fuelle en el transcurso de la cada vez más insulsa intriga.
Tras la visión de "Escenas de un crimen", uno sale del cine habiendo pasado un rato entretenido, pero al poco tiempo se olvida de lo visto, ya que es un producto caduco que no aporta nada nuevo a un género cada vez más devaluado.