Si lograron hacer de un pez la mascota de los niños de medio mundo, cualquiera de los miembros de la familia ‘increíble’ se van a convertir en una imagen que veremos miles de veces a lo largo de los próximos años. Porque en temática Los Increíbles no puede ser más acertada, recoger la fantasía de los super-héroes, llevarla al ámbito familiar, y como manda la filosofía de la casa, divertir desde el más pequeño hasta al más adulto.
Si cualquier héroe de cómic tiene estos días asegurada una conversión al cine por su éxito seguro, aquí se ha impregnado todo eso de un componente entrañable y cómico que no descuida referencias humanas de sus protagonistas dándole una mayor capacidad de identificación. El artífice de la jugada, Brad Bird, guionista y director, ha sabido encontrar el punto justo para llegar a unas cotas difíciles de superar dentro del género de animación. Con una carrera marcada por su participación en la mejor serie de televisión todos los tiempos (aquí un mínimo de dignidad debería eludir nombrar a Los simpson) y en El Gigante de Hierro, no se ha limitado a dar forma a todo el proyecto, con guión, dirección y supervisión de castings y diseños, sino que ha acabado por ponerle voz a un personaje secundario particularmente cómico como es la histriónica y canija diseñadora de vestuario heroico. Algo que hizo tras las presiones de sus ayudantes que sabían de sus dotes vocales porque, entre otras cosas, a la hora de describir cómo quería que fuera cada protagonista lo hacía imitando la voz que debía tener.
El apartado técnico, siguiendo con la evolución, ha llegado a tal nivel que se puede eludir comentar nada. Los peinados, los juegos de luces, el agua, el fuego, las plantas, los decorados, TODO, ha llegado a tal punto que desafía su carácter virtual, y conserva sólo a los protagonistas con un aspecto a medio camino entre el dibujo y la animación real, probablemente porque ahí todavía no quieren lograr un perfecto acabado humano que por muy complejo que resulte, acabarán por ser capaces de conseguir. Pero de nada serviría eso si no tuviera personajes tan ricos, y que se relacionaran tan bien. Inspirados en actores que van desde Craig T.Nelson (el padre Increíble, Bob, al que da vida el actor conocido por la serie Entrenador), a Holly Hunter (mamá increíble, Elastic Girl) incluyendo a Samuel L.Jackson (Frozono, el amigo de Bob) tienen ese lado heroico ficticio que se conjuga con el humano-real de su vida de incógnito, a la que se ven forzada durante muchos años cuando empiezan a lloverles los pleitos por sus actuaciones en defensa de una estabilidad imposible. La frustración de alguno de ellos –particularmente Bob, que se identifica a la perfección con su hijo– por no poder despuntar y usar sus dones, será el inicio de una aventura en que acabará envuelta toda la familia embutida en mallas rojas, haciendo participar a la otra familia, la espectadora, de su contienda. Por el camino escenas de humor memorables sucediéndose a ritmo de homenaje al cómic evidenciarán cómo cuando cada minuto depende de horas de diseño, medida animación y horas de renderización, se saca el máximo provecho de cada segundo, y sus casi dos horas son impagables.