Los fans de la estrategia pura y dura están de enhorabuena con la última obra de Paradox Entertainment, Hearts of Iron. Los que hayan jugado a Europa Universalis sabrán muy bien de lo que hablo, pero para el resto de gente que todavía no entienda de qué va todo esto quizás habría que explicarlo un poco. Paradox empezó a congregar en torno a un juego llamado Europa Universalis a un buen número de estrategas de PC con batallas ambientadas en grandes guerras de siglos pasados. Con Europa Universalis II volvió a pasar lo mismo, y ahora han repetido ese éxito con este nuevo título de estrategia en tiempo real ambientado en la Segunda Guerra Mundial, tema recurrente donde los haya.
Sin embargo, aunque sea estrategia, no te esperes encontrar un juego al estilo Command & Conquer o similar, ni alucinantes gráficos en 3D ni nada de eso. Échale un vistazo a las imágenes y podrás comprobar que en apariencia es muy similar a esos juegos “de tablero”, o a los tantos títulos que existen basados en la 2ª Guerra Mundial y de combate por turnos. Pero similar solo en cierta manera, y solo por las imágenes, porque una vez puedes probar el juego te das cuenta de que es muy distinto. Y muy, pero que muy bueno si eres de los que disfrutan de la estrategia en su estado más elemental.
Como has podido ver, los gráficos son funcionales, tienen lo justo y necesario, y nada más. Todo en pos de la jugabilidad, por supuesto, que es el punto fuerte de Hearts of Iron. Se trata de un juego en perspectiva isométrica con unidades pobremente animadas (los tanques solo giran la tortea y poca cosa más cuando se mueven, los soldados solo se mueven ligeramente cuando disparan...). Sin embargo, ¿acaso importa? Definitivamente, no. Este juego es uno de los más entretenidos que un estratega de tomo y lomo va a poder jugar, y posiblemente hacer este juego en 3D hubiese sido destruir su espíritu.
El sonido tampoco es nada del otro mundo. La música que acompaña al juego son piezas de música clásica que todos hemos oído alguna vez pero cuyo nombre posiblemente no recordemos. Los efectos de sonido de las unidades son bastante limitados. Tan solo un sonido de tiroteo de fondo cuando seleccionamos un país en el que se está librando una batalla, algún otro para el movimiento de tropas y ahí se acaba la cosa.
Pero como ya hemos dicho, Hearts of Iron está por encima de cualquier gráfico en 3D o sonido Dolby Surround con tropecientos canales. Ya hemos dicho de qué trata, pero no hemos dicho que puedes escoger cualquier país del mundo para jugar. Exacto, puedes jugar con los alemanes y armar la gorda con las anexiones de Austria, Checoslovaquia, el tratado Molotov – Ribbentrop, etc, como también ponerte de parte de los aliados y terminar con las potencias del eje. Pero si te quieres desmarcar, juega con España y enfréntate a la Guerra Civil desde el bando republicano (o el nacional, aunque no lo puedas escoger directamente desde el principio de la partida). O con un país suramericano, si quieres. La elección está ahí, y tienes desde el 1 de enero de 1936 hasta el 31 de diciembre de 1948 para jugar.
Una vez dentro del juego, si eres nuevo en este tipo de juegos seguro que te costará aprender a manejarlo todo bien. El manual es bien gordo y puede asustar un poco, pero no cuesta mucho cogerle el truquillo. El caso es que el juego tiene en cuenta no solo el apartado militar y de conquista, que es la base de HoI, sino todos los demás. Básicamente hay el área de investigación, industria, diplomacia, gestión militar y gestión política. En esta última puedes cambiar los diversos ministros que componen tu gobierno. Las otras afectan todavía más al desarrollo del juego. La investigación, por ejemplo, tiene un árbol tecnológico inmenso. Es más, puedes desde antes de la guerra hasta el final de esta sin haber completado todo el árbol. Esto significa que hay que especializarse, lo cual añade ese componente estratégico de tener que decidir que tecnología conviene tener en cada momento, teniendo en cuenta que para investigar una quizás necesitas haber descubierto otra previamente y que no tiene que estar del todo relacionada.
Mediante la gestión militar tú decides qué unidades construyes, y se te indica el tiempo que tardarán en desplegarse. La gestión industrial es un conjunto de 4 medidores que distribuye la Capacidad industrial (CI, en el juego) entre 4 áreas. Construcción de unidades militares, investigación, suministros y bienes de consumo. Las dos primeras ya las hemos comentado. Los sumistros son necesarios para abastecer a tus tropas, y los bienes de consumo colaboran en mantener contento al pueblo con un nivel de disensión bajo o nulo. La diplomacia es una de las secciones con más relevancia. Desde esa interfaz puedes declarar la guerra a un país o pedirle la paz. Puedes intentar influir en sus ideas políticas para que sean más receptivos contigo, y si ves que están muy alejados puedes intentar derrocar su gobierno con un golpe de estado. Asimismo, en tiempos de guerra puedes enviar unidades a otros países o pedirles que te den el control de las suyas. Y también puedes compartir tus descubrimientos tecnológicos con ellos.
Como ves, este juego lo tiene todo, y aun así hay un montón de detallitos que nos estamos dejando, ya que si los contáramos todos no acabaríamos nunca. Sin embargo, no todo es de color de rosa, y hay que darles un tirón de orejas a los de Parados por haber sacado un juego con bastantes bugs que ha provocado las quejas de muchos usuarios. Sin embargo, la comunidad HoI ha respondido bastante bien y entre todos se está intentando mejorar. En el momento de escribir este análisis, Parados ya ha sacado el segundo parche en poco tiempo desde que se pusiera a la venta el juego, y dentro de un tiempo ha de salir el tercero, que seguramente no será el último.
Como conclusión he de decir que es un gran juego, y que bien puede ser recordado en el futuro como uno de los grandes. Y es que lo que Churchill dijo sobre los pilotos de la RAF, aquella mítica frase de “nunca tantos habían debido a tan pocos”, es perfectamente aplicable en este caso, en el que nunca tantos fans de la estrategia han debido tanto a unos pocos programadores que han hecho lo que muchos ya consideran el ETR definitivo de la Segunda Guerra Mundial.