Con este estreno, Joel Schumacher("Batman y Robin","Tiempo de matar") quiere demostrar que, a pesar de haber estado siempre vinculado al cine más comercial, puede llegar a ser un buen director.Con "Tigerland" probó un estilo más intimista y de paso descubrió el enorme potencial que se escondía en Colin Farrell, actor con quien repite en esta "Ultima llamada",en el papel de joven sufridor no habituado a enfrentarse a situaciones límite.
Durante los vibrantes 80 minutos que dura el sometimiento de un hombre corriente a manos de un francotirador, Schumacher ofrece con pulso firme un acertado ejercicio de suspense que nos mantiene en vilo, aunque existan momentos en los que la función decae, y es que la moralina que desprende el filme apesta a naftalina( los adúlteros deben pagar por sus pecados, y para colmo en este caso el adulterio ni se consuma).Así, la redención del protagonista resulta fallida y fuera de lugar, claro que dejando esto a un lado, Colin Farrell realiza una interpretación llena de solvencia y con sobrada capacidad para mantener la tensión dramática durante todo el metraje.
Sin duda, "Ultima llamada" posee un fuerte poder de atracción, mantenida por su efectivo tratamiento visual, algo alejado de la espectacularidad que rodea al director norteamericano.Otro acierto es el cameo de su anterior actor fetiche, Kiefer Sutherland, poco prodigado últimamente.ES una pena.