Javier (Diego Peretti) va a empezar una nueva vida junto a su mujer María (Soledad Villamil, El mismo amor la misma lluvia) en Miami. Ella viaja allí antes para preparar sus contactos, pero a la semana de llegar se enamora de otro hombre.
Javier, abandonado, quedará en Buenos aires tratando de rehacer su vida, sin casa, sin trabajo y sin novia, de nuevo en la habitación de su infancia. Conviviendo con unos padres algo ausentes y frecuentando un psicoanalista que abusa del alcohol. No le consuela aquello de que el origen del problema no sea cosa suya, que lo sea de su pareja.
Juan Taraturo ha logrado con No sos vos, soy yo como director y guionista una muy divertida comedia. La trama resulta algo pobre, por momentos mal hilvanada y con varias carencias argumentales; pero las situaciones que se recrean son hilarantes, consiguiendo de ese modo el objetivo pretendido por toda comedia: hacer reír.
Muestra además muy buen gusto en los diálogos, sin caer ni en tópicos machistas ni en vulgarismos frecuentes en las prácticas más simples de búsqueda del humor. Es cierto que la parte dramática de la narración flojea, llegando incluso a sobrar en cuanto que sus escenas de desamor pueden quedar aburridas, cursis e intrascendentes. Pero juega en todo caso el papel de ponderadora del ritmo narrativo y prepara el camino.
Y volviendo a lo mismo, lo que da el ritmo marcado es las secuencias humorísticas en las que el protagonista intenta rehacer su vida amorosa. Estas constituyen el núcleo central de la cinta y consiguen mantener atento al espectador. Si el objetivo final puede resultar en exceso predecible, y las partes que no lo son -los giros argumentales inesperados- carecen de importancia por falta de justificación, sus gags, apoyados en las excelentes interpretaciones (especialmente del protagonista, Diego Paretti que soporta todo el peso de la historia) y una banda sonora que acompaña a la perfección hacen el resto.
A nivel formal, el rodaje alterna todo tipo de planos, casi siempre en movimiento. Con la experiencia previa que Taratuto tiene de sus años de director de cámara en televisión, aquí emplea en varias ocasiones la cámara en mano remarcando la naturalidad que deja entrever la iluminación (muy posiblemente por cuestiones presupuestarias). Pero en definitiva No sos vos, soy yo, queda como una comedia no sólo aceptable, si no recomendable.