Las reglas de la comedia y del cine de género se entremezclan para conformar un escenario totalmente nuevo.
Hacer una película española de ciencia ficción es ya algo novedoso. Darle la vuelta a las reglas del género y crear una con personalidad propia es prácticamente impensable. Nacho Vigalondo lo ha hecho, otra vez. El cántabro tiene una visión distinta que puede llevar al espectador a escenarios vistos una y mil veces y explorar aspectos novedosos, algo que demostró en su opera prima Los Cronocrímenes y que repite con solvencia en esta segunda Extraterrestre.
Pero esta aparente virtud es un arma de doble filo. Extraterrestre puede ser una película de ciencia ficción totalmente novedosa o una comedia al uso en un ambiente discordante. Lo cierto es que el espectador se encuentra desde el primer plano en las manos del director: despierta, como sus protagonistas, con resaca, sin saber que ha pasado la noche anterior, y sin saber que es lo que va a pasar hoy. Las reglas de la comedia y del cine de género se entremezclan para conformar un escenario totalmente nuevo.
El contraste entre la épica de los acontecimientos y el costumbrismo casi esperpéntico de sus personajes desorienta e intriga a partes iguales. Es como meter a los protagonistas de El otro lado de la cama en Independance Day y observar cómo reaccionan en un medio tan opuesto al suyo. El resultado puede llegar a ser desconcertante, incluso frustrante. La cámara va por terrenos desconocidos, ignora al héroe (si es que lo hay) y sigue a los personajes secundarios que viven una historia propia. Una sub-trama que en cualquier superproducción americana se resolvería en apenas dos minutos, como aderezo romántico a la historia principal, pero que aquí se explora y desarrolla hasta sus máximas consecuencias.
Ayuda la comicidad de los chanantes Carlos Areces y Raúl Cimas, y la naturalidad pasmosa de Michelle Jenner y Julián Villagrán, auténticos pilares de la historia. También juegan a su favor los diálogos, por momentos brillantes. Sin embargo no todos son loas a una cinta que es sin duda interesante. Bajo la pátina de transgresión quedan los clichés típicos de la comedia española, ejecutados eso sí con solvencia. Se puede decir por tanto que Extraterrestre sorprende, es una apuesta diferente en tiempos de franquicias y formulas revisitadas hasta su caducidad. Pero su novedad es distinta a la de Los Cronocrímenes, puesto que no es mérito propio, bebe de reglas de distintos géneros para conformar uno nuevo.