Hollywood continúa dando de lado a Europa, sumida en una recesión de oscuras perspectivas, y volviendo su mirada a Asia, en plena expansión económica.
La última noticia al respecto es la decisión de Walt Disney Co, propietaria de Marvel Studios, de no producir en solitario Iron Man 3. El estudio norteamericano ha llegado a un acuerdo con la productora china DMG Entertainment para que la película tenga una resonancia mucho mayor en aquel país y en el conjunto del continente asiático.
No es ni mucho menos la única intrusión de la industria norteamericana en China, donde el surgimiento de una nueva clase media pudiente ha puesto de moda el cine, mientras que las férreas autoridades han accedido a relajar un poco la mano en lo relativo al estreno de películas extranjeras.
De hecho, casi a la vez Disney promoverá la animación en China a través de un convenio con el ministerio chino de cultura; por su parte, DreamWorks Animation abrirá un estudio en Shanghai; y el conglomerado NBC/Universal abrirá en la región de Tianjin un parque temático con atracciones basadas en sus producciones más populares.