Tras el inesperado éxito de Solas de Benito Zambrano surgió, casi sin ser conscientes de ello, un colectivo de cineastas andaluces que han dado mucho que hablar en los últimos años. Ejemplos los tenemos en películas excepcionales como El traje de Roberto Rodríguez, Astronautas de Santiago Amodeo o Carlos contra el mundo de Chiqui Carabante, que por desgracia han pasado de puntillas por nuestra cartelera. En todas estas películas identificamos un rasgo común: la deshumanizada disección de la realidad social como fuente inagotable de conflictos.
En 15 días contigo del debutante Jesús Ponce, se narran las dificultades que se le presentan a una mujer (brillante Isabel Ampudia) que acaba de salir de la cárcel y quiere comenzar una nueva vida. Con un cubo y una fregona como único medio de subsistencia, el encuentro con Rufo (Sebastián haro), un compañero de fatigas enganchado al caballo, condicionará aún más un futuro incierto.
Ante la falta de respuesta publicitaria que respalde esta producción, 15 días contigo está condenada al olvido a no ser que el boca-oreja funcione como ocurrió con Solas. Desde luego sería una pena que el espectador se perdiera un título modesto en pretensiones pero honesto y eficaz en el planteamiemto y desarrollo de su discurso, que nos acerca a la vida de unas personas que nos cruzamos por la calle de cualquier ciudad y que solemos percibir como un problema ajeno.
La composición de los personajes con las fantásticas interpretaciones de Isbel Ampudia y Sebastián Haro, desconocidos por el gran público pero con grandes trabajos en cine y teatro a sus espaldas, permite conocer de primera mano el drama real que sufren los sin techo, unida a la díficil reinserción de los expresidarios.
Al director, que parte de una base dramática, poco a poco se le escapa algún rayo de esperanza conforme avanza la narración, combinando con acierto la tragadia social con ciertos toques de humor que hacen más digerible la acción. Su opera prima supone, por tanto, un golpe de aire fresco dentro de la cinematografía española, siendo consciente de que con poco presupuesto, un guión sólido y talento se pueden conseguir grandes historias alejadas de las producciones promocionadas a bombo y platillo y cuyos resultados finales dejan mucho que desear.