Burton parece haberse perdido entre las sombras desde que se inaugurara el nuevo milenio.
Ahora que estamos en tiempos de revivalismo, no es de extrañar que la escasez de ideas en Hollywood recurra a éxitos del pasado para ponerlos al día, darlos a conocer a las nuevas generaciones y, de paso, llenar las arcas de las productoras. Tim Burton también se ha unido a la ola de fiebre vintage y nos trae esta adaptación de un serial televisivo de los años sesenta que duró cinco años en antena gracias a su personaje principal, el vampiro Barnabas. Por supuesto, Burton se ha rodeado una vez más de sus actores gurú, y de alguna incorporación nueva, para rodar esta especie de nueva versión de La familia Addams.
En la que supone la octava colaboración entre el realizador y Johnny Depp, ambos demuestran una vez más que han nacido para trabajar el uno con el otro. Lo que no queda tan claro es si este tándem cinematográfico sigue dando las maravillas que nos había regalado otrora. Y es que Burton parece haberse perdido entre las sombras que reza el título de este filme desde que se inaugurara el nuevo milenio –salvo alguna excepción, eso sí- aunque Depp aguanta y defiende el tipo con su bizarro potencial interpretativo. La gran virtud del actor es que nadie mejor que él para transmutarse en caracteres tan rematadamente singulares como los que interpreta con fuerza e ingenio.
Al alimón, tenemos a Jonny Lee Miller y Jackie Earle Haley, quienes también han encontrado buen casamiento con Burton y otras extravagantes féminas que logran verdaderamente salvar la función en cada una de sus apariciones. Mientras Michelle Pfeiffer se muestra especialmente dotada para una vis cómica que no conocíamos, Eva Green confirma su estatus de mujer fatal enrarecida y Chloë Moretz vuelve a demostrar que es la mejor actriz de su generación y que ha venido para quedarse. Pero todo ello no es suficiente como para que se arroje un poco de luz sobre tanta penumbra.
Técnicamente perfecta aunque narrativamente incompetente, Sombras tenebrosas es un batiburrillo de aquellos que no saben escoger entre géneros, ni mucho menos mezclarlos. Si bien no llega a categorizarse como una comedia, tampoco juega a ser el filme terrorífico que podría haber sido ni a dárselas de rareza freak de serie B, por lo que la cinta termina por ser un túnel del terror que pretende asustar y divertir a sus transeúntes pero acaba por dejarlos completamente indiferentes. Y lo que es peor, deja en el camino un presupuesto millonario que se antoja desperdiciado en una estética magnífica pero sobrera en muchos momentos.
Sin embargo, y pese a todo lo dicho, Sombras tenebrosas transcurre con ligereza y modestia para quedarse en un entretenimiento inofensivo con un buen diseño de personajes. No pretende ser sino un tren de la bruja para todas las edades que no tiene la menor pretensión de ser nada más, aunque parece que a Burton ni siquiera esto le acabe de acomodar. No es el desastre absoluto que muchos han anunciado ni tampoco es la excentricidad gótica que otros hubieran podido esperar del realizador pero sí que se revela como el perfecto ejemplo de cómo la inventiva de un antaño venerado director se encuentra absolutamente perdida. Y esto siempre es una pena.