Se ha publicitado esta película francesa de género fantástico haciendo alusión a Los otros o El espinazo del diablo, y podemos afirmar que no se trata de una afirmación del todo descabellada, si bien los resultados finales de El internado palidecen frente a los trabajos de Amenábar o Del Toro. Entre las influencias podría añadirse Darkness al lote, por esos planos de pasillos vacíos y porque la actriz protagonista, Virginie Ledoyen, trae a la mente al personaje protagonista de aquella cinta, Anna Paquin. Lo demás son detalles tanto argumentales como de ambientación que se han visto una y otra vez en diversas cintas del género de terror o del fantástico.
La historia arranca en 1958, cuando un internado francés que ha acogido durante un buen número de años principalmente a niños supervivientes de la Segunda Guerra Mundial debe quedar vacío debido a la muerte accidental de uno de ellos. Al lugar acudirá para efectuar tareas de limpieza Anna, que se convertirá a partir de ese momento en la única ocupante de la mansión, junto al ama de llaves y a otra interna de la institución. Eso sí, también rondan lo que parecen ser los fantasmas de algunos de los niños que perecieron en el internado años atrás. La protagonista se moverá para intentar averiguar qué está pasando realmente, sirviendo ese hecho de motor a toda la película.
Uno de los problemas al enfrentarse a este film es que no acaba de quedar muy claro el tono que se le pretende dar. Al principio hay algunos apuntes terroríficos, pero luego se pierden y una música más propia de una cinta de época hace dudar al espectador de qué va a ir la cosa. Con el transcurrir del metraje todo queda en una mera producción de sustos (telegrafiados la mayoría) que a veces juega a ser poco convencional (en determinados planos, o en el tramo final), pero que no puede desprenderse de un cierto aire de artificiosidad que hace que no acabemos de creernos del todo lo que está sucediendo. Para rematar la faena, el excesivamente largo desenlace es bastante desconcertante y resulta insatisfactorio como broche de la historia, aunque con los pocos elementos que se juega tampoco había demasiadas posibilidades que dieran más juego. Resumiendo, cine de terror para paladares poco exigentes.