Parece que fue ayer , pero el festival Cinema Jove de Valencia, una apuesta seria por el cine más joven y comprometido, ya ha cumplido 20 años. Esta es la edad a la que algunos cineastas se han acercado para presentar sus propuestas dentro de una sección oficial muy reñida dada la disparidad de temáticas que abordamos a continuación.
El cine israelí, como en cualquier festival que se precie, también ha tenido representación en esta edición del festival con el título Hamasa Haaroch (el largo día) en el que se retrata un día en la vida de una familia de Tel-Aviv.
Desde Suiza por su parte nos llegó In Norwind donde un hombre trata de ocultar la pérdida de su empleo. Tras El empleo del tiempo, La vida de nadie y El adversario este es el cuarto ejemplo que retoma la historia de mentiras y sus graves consecuencias. También se crea una especie de “deja-vú” con la visión de la canadiense Looking for Alexander de Francis Leclerc, en la que un hombre despierta amnésico tras un profundo coma provocado por un accidente.
La violencia, tema recurrente en esta década además de la citada amnesia, se apodera de Pusher II del director danés Nicolas Winding Refn en la que un delincuente pretende encauzar su vida tras la salida de prisión. Su director retrata con crudeza la historia de Tony con ritmo trepidante y rodada en riguroso sentido cronológico.
La ganadora del certamen resultó ser Der wald vor lauter Baümen(los árboles no te dejan ver el bosque) de la alemana Maren Ade, un fiel retrato psicológico protagonizado por una profesora rural (impecable la interpretación de su protagonista) que intenta rehacer su vida en la ciudad pero sin lograr encajar en ningún sitio. El filme tuvo una gran acogida en el festival de Sundance dado que ahonda de manera magistral n la psicología de los personajes. Siendo este una propuesta muy terrenal, la directora sale del apuro con un final alejado del tono realista que inunda la película.