Parece que fue ayer , pero el festival Cinema Jove de Valencia, una apuesta seria por el cine más joven y comprometido, ya ha cumplido 20 años. Esta es la edad a la que algunos cineastas se han acercado para presentar sus propuestas dentro de una sección oficial muy reñida dada la disparidad de temáticas que abordamos a continuación.
Ya fuera de concurso, las retrospectivas han sabido acaparar la atención de un público cada vez más entregado y exigente. Una de ellas ha ido a parar al cineasta con más admiradores frikis de todo el mundo. Su nombre es Guillermo de Toro del que hemos podido ver todo su universo cinematográfico. También hemos podido disfrutar de la trayectoria de Jiri Menzel, director nacido en Praga en 1938 y que debutó con Trenes rigurosamente vigilados llevándose consigo el oscar a la mejor película extranjera.
El ciclo dedicado a Truffaut recogió toda su obra antes de cumplir los 35 años, incluyendo cortometrajes y producciones inolvidables que le convirtieron en uno de los cineastas más admirados del séptimo arte.
El premio “Futuro de cine” fue a parar a Marta Etura que recogió emocionada el galardón tras haber participado en una excelente muestra de películas desde que debutara de la mano de Oristrell en la magnífica Sin vergüenza.
El Festival se completó con la programación de un ciclo de animación de Abi Feijó, la sección oficial de cortometrajes, una selección de lo más representativo en estos 20 años del Cinema Jove y, como no, las noches mágicas que se vivieron en el jardín de viveros con la proyección de las primeras películas de autores ya consagrados como Amenábar, Albadalejo, Bollaín y tantos otros.
La última cita del Festival tuvo lugar en el teatro principal trayendo consigo el estreno en primicia de la última película de Thomas Vinterberg (Celebración). Con un guión de Lars Von Trier, el filme ha sido tildado de antiamericano por algunos críticos y en ella se narra la historia de amor- odio que se establece entre unos jóvenes incomprendidos y sus armas , todo ellos en clave de western.
Este ha sido un gran año para un festival joven que todavía tiene mucho que decir, apostando por un cine arriesgado, fresco en el que se ha visto una potente muestra de todos los proyectos que se realizan fuera y dentro de nuestras fronteras y que no disponen de una distribución internacional pese a la calidad de los productos. Siempre nos quedarán este tipo de festivales en el que podemos encontrar pequeñas joyas cinematográficas. Hasta el año que viene.