El mismo día que se estrenaba La Guerra de los Mundos, Steven Spielberg se embarcaba en su próximo proyecto, un thriller drámatico sobre los agentes del Mossad que vengaron la muerte de once atletas israelíes a manos de terroristas palestinos en las Olimpiadas de Munich (1972). Para Spielberg, este hecho histórico es una oportunidad para aprender algo acerca de la trágica situación en la que se encuentra actualmente Oriente Próximo.
La película, titulada durante su fase de pre-producción Venganza, se basa en un guión en el que han trabajado sucesivamente Eric Roth (Forrest Gump), Charles Randolph (La Vida de David Gale) y Tony Kushner, ganador de los premios Pulitzer, Tony y Emmy por las diversas versiones de su obra Angels in America. Mientras que en el apartado interpretativo el actor australiano Eric Bana (Troya) encarnará al líder de los servicios secretos israelíes, secundado por Geoffrey Rush (Shine), Mathieu Kassovitz (Amén), Hanns Zischler (Andar sobre las aguas) y Ciarán Hinds (El Fantasma de la Ópera). Tras un rodaje en escenarios europeos y neoyorquinos, Universal Pictures y Dreamworks estrenarán el filme el 23 de diciembre de este año, ocupándose Universal de la distribución en EE.UU. y Canadá, y Dreamworks de la internacional.
Por otra parte, la revista Variety anunciaba recientemente que el director de E.T. se hallaba involucrado con el actor Liam Neeson (Kinsey) y el guionista Paul Webb en la preparación de un bio-pic sobre Abraham Lincoln, basado en una nueva biografía sobre el presidente norteamericano que se publicará en EE.UU. este otoño. La producción de Lincoln arrancaría a principios de 2006.
En estos momentos de violencia terrorista, los sucesos acaecidos en Munich hace tres décadas vienen a demostrar que la humanidad parece no aprender nada del pasado. En agosto y septiembre de 1971, los palestinos habían sido expulsados del norte de Jordania y comenzaban a asentarse en el Líbano. Algunos sectores de la OLP, descontentos con la indecisión de sus líderes, crearon con el fin de "mantener viva la llama de la resistencia palestina" la organización Septiembre Negro, cuya primera acción terrorista fue el asesinato el 28 de noviembre del aquel año del primer ministro jordano.
En los meses siguientes, Septiembre Negro intentaría matar al embajador jordano en Londres, y voló una instalación eléctrica en Alemania y una planta de gas en Holanda. Los estados árabes aplaudieron sus acciones, los occidentales vieron peligrar sus intereses económicos, e Israel contraatacó bombardeando bases palestinas en Líbano y Siria.
Septiembre Negro había logrado que las reclamaciones palestinas volvieran a estar en el candelero internacional, y siguió presionando junto al Frente para la Liberación de Palestina: en mayo de 1972, el secuestro de un avión que volaba de Viena a Tel Aviv y un asalto contra el aeropuerto de Lod. En julio, una bomba en una terminal de autobuses y un ataque contra una refinería italiana. La escalada de violencia continuaba, a medida que Israel respondía a estas acciones con asesinatos selectivos de líderes palestinos.
El 5 de septiembre de 1972 esta violencia tomaría tal cariz que detendría durante un tiempo la escalada y supondría para la OLP el descrédito mundial. Septiembre Negro atacó las instalaciones olímpicas de Munich donde se celebraba la XX edición de los Juegos, matando a dos atletas israelíes y tomando como rehenes a otros once. Un intento de la policía alemana por liberarlos terminó con nueve deportistas, cinco secuestradores y un policía muertos. Las autoridades lograron detener a tres miembros de Septiembre Negro, pero hubieron de soltarlos debido al secuestro de un avión de la Lufthansa.
Como es de imaginar los israelíes no se tomaron muy bien estos sucesos, y a pesar de contar con el apoyo internacional durante un tiempo no cejaron en su intención de vengarlos. Así que en seis meses liquidaron a dos de los terroristas liberados, a docenas de otros implicados en la planificación del asalto de Munich, y a tres líderes de la OLP.
Puede apreciarse leyendo cualquier día la prensa que toda esta violencia no ha culminado con los años en nada constructivo.