El director australiano Andrew Dominik ya reflejó la mitomanía popular en torno a un criminal en Chopper (2000), bio-pic del sádico delincuente y escritor Mark Read que lanzó al estrellato a su protagonista, Eric Bana.
Cinco años después Dominik repetirá la experiencia con El Asesinato de Jesse James a manos del cobarde Robert Ford, adaptación de la novela homónima de Robert Hansen sobre el famoso pistolero Jesse James (1847-1882) y el hombre que alcanzó triste fama al matarlo por la espalda, Robert Ford.
El actor Brad Pitt interpretará a James y co-producirá el filme a través de Plan B -la compañía que fundó en su momento con Jennifer Aniston-. Casey Affleck (Ocean’s Eleven) encarnará a Ford. Los hermanos Ridley y Tony Scott (Scott Free) también participan en la producción de la película, que comenzará su rodaje en Canadá dentro de dos semanas.
La figura de Jesse James ha despertado el interés de músicos, literatos y cineastas norteamericanos por el carácter idealizado de su condición como outlaw (fuera de la ley) y las circunstancias de su muerte. El epitafio de James reza: “Asesinado por un traidor y un cobarde cuyo nombre no merece aparecer aquí” , y la frase inspiró de inmediato una canción popular, grabada entre otros por The Pogues. Cher, Bob Dylan, Emmylou Harris o Johnny Cash también han rendido tributo musical al pistolero.
En lo que respecta al cine, existen alrededor de cuarenta películas protagonizadas por Jesse James, a quien han dado vida Lawrence Tierney, Audie Murphy, Robert Wagner, Christopher Lloyd o Kris Kristofferson. Sin duda, la versión más absurda del mito es Jesse James Meets Frankenstein’s daughter (1966) subproducto de William Beaudine que enfrenta, como indica su título, al fuera de la ley con una descendiente del doctor Frankenstein. La más curiosa, Jesse James under the black flag (1921), que contaba con la intervención del hijo de James, Jesse James Jr. , interpretándose a sí mismo y ayudando a contar la vida de su padre. Y la más recordada e influyente, Tierra de audaces (Henry King, 1939), con Tyrone Power y Henry Fonda como Jesse y Frank James, y John Carradine como Bob Ford. Tierra de audaces daría lugar a una secuela en la que Fonda y Carradine repetirían sus papeles bajo la batuta de Fritz Lang: La venganza de Frank James (1940).
La vida real
Jesse nació en Missouri, y destacó desde joven como consumado jinete y líder natural. En 1863 sigue a su hermano mayor, Frank, a combatir en la Guerra Civil en el bando confederado. Terminado el conflicto, ambos se niegan a aceptar el nuevo orden social y político y entre 1866 y 1867 forman una banda que también incluye a los hermanos Cole, Bob, John y Jim Younger. Empiezan asaltando bancos en su estado natal y en Kentucky, pero se hacen más conocidos por sus audaces robos a trenes, que detienen descolocando las vías.
Estas acciones no eran precisamente limpias. A Frank y James se les supone culpables de varios asesinatos desde el comienzo de sus actividades criminales hasta 1875. En ese año la banda está ya muy presionada por los hombres de Pinkerton, una agencia nacional de detectives que sigue sus pasos desde 1871. Además, la población está preparada para resistir sus robos, y durante el asalto a un banco de Minnesota la mayor parte de la banda es liquidada o apresada.
James y Frank escapan al cerco y recorren durante tres años y con falsas personalidades los estados de Tennessee, California y Colorado. Sin embargo, vuelven a las andadas en 1879 con nuevos compañeros, entre ellos los hermanos Robert y Charlie Ford. Asaltan al menos seis trenes. En la última de estas refriegas dos miembros de su grupo son capturados y, poco después Robert Ford mata a Jesse debido a la recompensa que se ofrece por el menor de los James.
Tras la desaparición de su hermano, Frank James se entrega a las autoridades. Los habitantes de Missouri lo declaran un “héroe confederado en la guerra” y el pistolero queda libre tras el juicio correspondiente. Sobrevivió a Jesse 32 años y falleció en la granja donde ambos nacieron.
En cuanto a Robert y Charlie Ford, cobraron su recompensa. Pero sus destinos fueron trágicos: Robert fue acribillado en Colorado por un tal Edward O’Kelley, y Charles se suicidó.