Royal Tenenbaum tiene la curiosa habilidad de traicionar a todos sus allegados. Desleal e insensible, sus desmanes egoístas acaban por alejarle primero de su hastiada esposa, después de cada uno de sus geniales hijos. Estos, son una panda de críos de lo más extraño que acaban creciendo y convirtiéndose en tipos igual de raros, pero con caras de actores famosos. Cada uno tiene su particular motivo para alejarse de su padre, y cada uno tiene una vida más o menos estrafalaria que acaba sucumbiendo de uno u otro modo, obligándoles al retorno a su morada familiar. Allí, su expulsado padre trata de regresar víctima de una merecida ruina, y todo ello debe dar lugar a variopintas e hilarantes escenas de risa fácil.
Pero la verdad, lo que en momentos son promesas, en otros se convierte en incumplimientos, largas lagunas desaceleradas en un camino poco marcado hacia la siguiente tonteria. Entre tanto pasito y historia personal, se esconden muchos retales cómicos (algunos verdaderamente valiosos) con especial atención a Gene Hackman -interpretado por el citado padre- que demuestra por qué su elección estuvo clara desde el principio. Aunque uniendo el aprovechamiento poco exigente de otros valores (Ben Stiller podría hacer bastante más) a lo deslavazado del esquema, deja un resultado poco consistente que no convencerá al público que acude a ver comedias facilonas atiborradas de gags grotescos. Y bien pensado, si eso lo encuentran en burdas patrañas como Scary Movie, esta no debe ser tan mal valorada.