Fiel al calificativo de genio basura con el que es conocido entre cierto sector crítico, Quentin Tarantino sigue malgastando su innegable talento en gracias que seguramente le harán reír más a él que a su público.
Así, desde que estrenó la segunda parte de Kill Bill en Estados Unidos, allá por abril de 2004, Tarantino al parecer no ha encontrado un reto más interesante que el de escribir y dirigir un capítulo de CSI, serie de la que se ha declarado ferviente admirador: “Gil Grissom [William Petersen] es el mejor detective televisivo desde Colombo” . Grave Danger fue emitido por la CBS el pasado 19 de mayo y clausuró la quinta temporada de la serie.
Y esta decepcionante experiencia puede ser auténtico oro cinematográfico en comparación a sus dos anunciadas nuevas colaboraciones con el nefasto Robert Rodríguez tras Four Rooms (1995), Abierto hasta el amanecer (1996) y Sin City (2005). Si en ésta última Tarantino intervenía como “director invitado” en la secuencia que se desarrollaba en el interior de un vehículo entre Clive Owen y Benicio del Toro, el autor de Jackie Brown ha mostrado su disponibilidad para cumplir el mismo papel en alguna escena de Sin City 2, secuela que Rodríguez planea estrenar en 2006.
Antes, los coleguitas se han embarcado en Grind House, una película compuesta por dos mediometrajes de una hora de duración. En Death Proof, Tarantino convertirá un coche en el arma de un asesino en serie. En Planet Terror, Rodríguez se internará en el subgénero de los muertos vivientes. Grind House incluirá además a lo largo de su metraje falsos anuncios de una película de kung fu, otra erótica y un spaghetti western.
Mientras tanto, el film que él mismo define como mi próxima cumbre a escalar, una producción bélica llamada Inglorious Bastards, sigue esperando a que Tarantino remate un guión en el que lleva trabajando un lustro. Ha prometido abordar el proyecto en cuanto termine Grind House. Esperamos poder ver entonces al cineasta en todo su esplendor.
Por lo demás, en una entrevista concedida hace pocos días a la MTV Tarantino apuntó la posibilidad de Kill Bill 3, que rodaría en la próxima década con Uma Thurman y su hija en la ficción como protagonistas. Y dejó en el aire la mítica reunión de los hermanos Vic (Michael Madsen en Reservoir Dogs) y Vincent (John Travolta en Pulp Fiction) Vega, en lo que sería una precuela a las películas citadas que contaría los antecedentes de ambos personajes.