Está llamado a ser una de las nuevas estrellas de Hollywood, rango alimentado por su presencia en muchas películas en poco tiempo, y en algunas importantes como podría ser Minority Report. Su registro de actuación puede hacerle pasar del chico circunspecto de La Guerra de Hart, al malvado excesivo de la ofensiva Dare Devil. Y pese a que todavía le queda mucho para llegar a él, no desluce al estar junto al mismísimo Al Pacino.
Interpretando éste último a un cazatalentos para la CIA, pronto sabe apreciar las innumerables virtudes del habilidoso joven. Lo convence para que pruebe suerte en la selección, y así acaba participando de los arduos procedimientos de criba con que formarse como agente especial. Estos ocupan más de media cinta, con los que entre algún que otro tópico, lucha dura y habilidades de agente británico pugna con sus compañeros por un puesto inalcanzable. Posteriormente llegará la parte que anuncia el trailer, la de "nada es lo que parece", en que mientras la acción y la intriga crecen, habrá un permanente juego que trata de dilucidar quién dice la verdad y quién está en el bando equivocado.
Obvio que el recurso de videojuego, tan apropiado por la unión técnica y esplendor en que se encuentran cine y ocio de Playstation, está en cada rincón y en cada plano. Aquí lejos de convertirse en el único punto de apoyo, viene a ser el instrumento del que valerse para llevar la historia a su definitivo desenlace, en que quitarse las caretas, mostrar ingenio de protagonista y guionista para gozo del público palomitero, y hacer números en taquilla para ver si toca segunda parte