El director Danny Boyle, embarcado en estos momentos en la producción de una película de ciencia-ficción llamada provisionalmente Sunshine, planea rodar a continuación Porno, adaptación de la novela homónima de Irvine Welsh en la que el autor escocés recuperó algunos personajes de Trainspotting –su primera novela, también adaptada al cine por Boyle- y los introdujo con diez años más en la industria del porno hecho por aficionados.
Boyle jamás ha vuelto a repetir el éxito que supuso para él Trainspotting (1995), y el resto de su carrera ha oscilado entre los largometrajes celebrados por la crítica y cierto sector del público (28 Días Después, Millones) y los directamente fallidos (Una Historia Diferente, La Playa). De ahí su interés en la producción de Porno; un interés que ha llegado al extremo de plantear el cambio del protagonista de la novela para que el ahora famoso Ewan McGregor acepte participar en la continuación. Welsh se había centrado en el libro en el personaje de Sick Boy, pero Boyle insiste en tener a todo el reparto original de Trainspotting en la secuela, y contar desde luego con McGregor como Renton, para lo que habría que ampliar su papel.
Sin embargo, McGregor no está muy entusiasmado con la idea, sea corta o larga su presencia. Oficialmente, porque aunque ha declarado educadamente que Porno le gusta, no cree que tenga tanta calidad literaria como Trainspotting, y odiaría “hacer una de esas secuelas que no aportan nada y resultan patéticas a ojos del público” . Extraoficialmente, porque cuando su pretensión de protagonizar para Danny Boyle La Playa fue rechazada por los productores norteamericanos, que preferían a Leonardo DiCaprio al frente del reparto, su hasta entonces amigo prefirió ceder y realizar la película con DiCaprio. Finalmente La Playa fue un fiasco, Boyle salió maltrecho de la experiencia, y McGregor rompió relaciones con él.
Para colmo, Irvine Welsh, que se involucró en la versión cinematográfica de Trainspotting hasta el punto de interpretar en ella un papelito, se ha desentendido de Porno: "Es una producción complicada porque hay que reunir otra vez a todos los actores, poner mucho dinero y ampliar el papel de McGregor, así que me alegro de no estar metido en este proyecto".
Así pues, las cosas no se presentan fáciles para Boyle, que a fecha de hoy solo cuenta con el apoyo explícito del actor Robert Carlyle, entusiasmado ante el reto de volver a interpretar al psicopático Begbie. Resulta arriesgado además volver sobre una película y una novela que en su momento causaron sensación y a las que no sería exagerado calificar pasado el tiempo de clásicas.
Trainspotting (la novela) fue escrita por un Welsh de pasado punk y drogadicto como una serie de historias básicamente dialogadas, publicadas de manera independiente en varios medios. Cuando en 1993 fusionó los fragmentos, la crítica alternativa recibió el libro con entusiasmo. La publicación Rebel Inc. llegó a calificar Trainspotting como la mejor obra jamás escrita por hombre o mujer. Merece vender más ejemplares que la Biblia. Exageraciones aparte, lo cierto es que el tono desprejuiciado, humorístico y coloquial con que Welsh describía las miserias de cinco jóvenes de la clase obrera de Edimburgo preocupados únicamente por inyectarse heroína, cometer delitos de magnitud variable, beber y vaguear, convirtió Trainspotting en uno de esos fenómenos literarios juveniles al estilo de El Club de la Lucha, Requiem por un Sueño o American Psycho. Por cierto que Welsh ha insistido con los personajes marginales en Cola, Acid House o Escoria sin volver tampoco a cosechar los mismos resultados.
El film no se hizo esperar. Andrew Macdonald (productor), John Hodge (guionista), Danny Boyle y Ewan McGregor, equipo que acababa de deslumbrar a la crítica británica con Tumba Abierta (1994), un magnífico thriller que pasó desapercibido en España, lograron no desmerecer respecto al nihilismo y protagonismo coral implícitos en la obra de Welsh, y consiguieron unificar la fragmentaria narración original. Trainspotting (la película) fue en 1996 el colmo de lo moderno –a lo que contribuyeron canciones de Pulp, Elastica, Blur o Primal Scream en su banda sonora-, y hoy es considerada mayoritariamente la mejor película británica de la pasada década. Por otra parte popularizó no solo a los citados McGregor y Carlyle, sino también a Peter Mullan, Johnny Lee Miller y Kelly MacDonald.