Confirmando los rumores que el diario británico Daily Sun había hecho públicos el pasado 6 de abril, EON Pictures y Metro Goldwyn Mayer han anunciado el nombre del próximo James Bond.
Se trata de Daniel Craig, un inglés de 36 años con amplia experiencia en producciones teatrales y televisivas, y al que tras debutar en el cine con La fuerza de uno (1992) hemos podido ver en filmes como Elizabeth (1998), El amor es el demonio (1998), Tomb Raider (2001), Camino a la perdición (2002) o Sylvia (2003).
Craig se estrenará en el papel de 007 con Casino Royale, nueva versión de la primera novela sobre el superagente, escrita en 1953 por Ian Fleming y ya adaptada en 1967 como farsa disparatada en la que intervinieron al menos cinco realizadores, diez guionistas, y unos cuantos actores (entre ellos Woody Allen) interpretando a varios Bond.
En esta ocasión Casino Royale será llevada a la pantalla con toda seriedad, e incluso se comenta que Barbara Broccoli, productora de la serie, desea que la película suponga un renacer para Bond, cuyas últimas aventuras no eran más que clones indistinguibles saturados de efectos especiales y acción absurda. Pierce Brosnan había imaginado igualmente un próximo Bond "más realista y enérgico".
Martin Campbell, que revitalizó la saga en 1995 con Goldeneye y Pierce Brosnan, y que actualmente promociona la segunda entrega de las aventuras del Zorro con Antonio Banderas y Catherine Zeta-Jones, dirigirá la película a partir del tratamiento de la novela que escriben Robert Wade y Neal Purvis. Tanto Wade como Purvis también están familiarizados con el agente con licencia para matar, al haber firmado los guiones de El mundo nunca es suficiente (2000) y Muere otro día (2002).
Con la elección de Daniel Craig como Bond termina un culebrón que ha mantenido en vilo a los aficionados durante casi tres años. Después de Muere otro día Pierce Brosnan se cuestionó abandonar el personaje aduciendo razones de edad y planteando para continuar unas condiciones económicas astronómicas. Cansado de los tira y afloja con los productores, el actor zanjó la intriga con una carta abierta a sus admiradores en la que se despedía y se atrevía a proponer para el papel a Colin Farrell.
Broccoli y compañía hicieron caso omiso de tan delirante propuesta y centraron su búsqueda en candidatos más presentables, entre los que se contaban Clive Owen, Eric Bana, Jude Law, Ewan McGregor o Hugh Jackman. Finalmente, y siguiendo una tradición tan arraigada en 007 como los títulos de crédito a lo Torrente y los martinis no demasiado agitados, se ha vuelto a optar por un actor de perfil bajo –o nulo carisma, como se prefiera- que no dé problemas y no pueda verse tentado por papeles más apetecibles en los próximos diez años.