A dos meses del estreno mundial de King Kong, Peter Jackson ha decidido prescindir de los servicios del músico Howard Shore. Shore había colaborado con Jackson en la trilogía de El Señor de los Anillos, pero en esta ocasión ambos han llegado a la conclusión de que diferían “en las aspiraciones creativas para la banda sonora de Kong” y que en vez de perder el tiempo “discutiendo entre amigos y tratando de unificar nuestros puntos de vistas” era mejor “dejar que otro compositor se ocupe de la película” . Al menos esa es la versión del director neozelandés, el único que se ha pronunciado sobre el tema. Shore será sustituido por James Newton Howard, firmante habitual de bandas sonoras para los cineastas M. Night Shyamalan, P. J. Hogan, Lawrence Kasdan o Joel Schumacher.
El estilo de ambos músicos es diferente. Shore presta más atención a las texturas y la psicología de los filmes, lo que confiere a la imagen una mayor densidad. Suyas son las bandas sonoras de El Silencio de los Corderos, Seven, Ed Wood, y de casi toda la filmografía del peculiar David Cronenberg (Inseparables, El Almuerzo Desnudo), para el que ha creado músicas de una intensidad y un tenebrismo aterradores. En los últimos años se había decantado por proyectos más comerciales y épicos como El Aviador o la saga de los anillos. Newton Howard, en cambio, sin desdeñar la atmósfera (El Bosque) se caracteriza por primar el carácter narrativo de la música (El Fugitivo, Restauración), lo que le permite ser a la vez más flexible y más impersonal.
Estas características pueden ayudarle, dadas las escasas ocho semanas que tiene para cumplir el encargo. Puede parecer poco tiempo, pero en realidad entra dentro del periodo habitual (entre uno y tres meses) del que suele disponerse para componer una banda sonora. Aunque en circunstancias especiales el músico entra en servicio durante la etapa de rodaje o incluso preproducción, lo habitual es que lo haga poco antes del inicio de la post-producción, cuando la película ya ha sido filmada y hasta montada.