Siempre es un placer recibir en nuestras carteleras algún estreno del genial cineasta Costa-Gavras, firme defensor de un cine comprometido que denuncia a la clase dirigente acercando su discurso a los terribles hechos que marcan a una sociedad (la dictadura de Pinochet en Missing, los estragos fascistas de la América profunda en El sendero de la traición, o el nazismo en La caja de música o en la más reciente Amén).
Su obra siempre ha tenido un gran impacto desde el comienzo de su carrera allá por el año 65, época a la que supo sacarle partido a raíz de los cambios sociales acaecidos en Mayo del 68. Vinculado a un género típicamente social y combativo, Costa-Gavras sigue atento a las transformaciones políticas del nuevo milenio y dirige esta vez su dardo envenenado hacia el poder ejercido por las empresas. El problema viene cuando una simple reestructuración económica echa por tierra las oportunidades de miles de trabajadores que han servido fielmente a la empresa durante años, y de un día para otro se encuentran de patitas en la calle. Eso mismo le sucede a nuestro protagonista, Bruno Davert (José García), un alto ejecutivo de una fábrica de papel que es despedido provocando en él un giro hacia la solución menos humana, es decir, el salvajismo atroz.
El director nos alerta en Arcadia de los peligros de un nuevo orden económico que ha dado paso a una malsana competitividad entre iguales –recordemos la cinta española El método- solo que aquí la respuesta nos produce escalofríos.
Resulta fácilmente palpable el poder de atracción que el film ejerce sobre el espectador, alguien que logra identificarse en algunos momentos con el personaje para más tarde repudiar de manera fulminante sus actos. La narración es llevada de manera lúcida y provocadora, el tono sarcástico de la obra evoca esa sonrisa que más tarde se congela ante tanta atrocidad.
A medio camino entre el horror de la propuesta y el acercamiento cotidiano en la puesta en escena, se erige en palabras de su director como “un cuento amoral” en el que brilla con luz propia el actor francés José García, visto en Usted primero junto a Daniel Auteuil, dando vida a este ejecutivo agresivo calculador cuya mirada deja helada la platea.