En los últimos años ha habido un claro relevo generacional en el cine español: nuevos nombres delante y detrás de las cámaras inundan nuestras carteleras. Siempre es de agradecer un soplo de aire fresco, y más si este soplo lo proporcionan directores con el talento de Juan Martinez Moreno, responsable de "Dos Tipos Duros". En esta, su opera prima, M. Moreno demuestra un control y manejo de los elementos que sobrepasa, con mucho, a algunos de nuestros más consolidados directores. La película hace alarde de un ritmo narrativo que mantiene al espectador pegado a su butaca durante todo el metraje. Metraje que sin llegar a los cien minutos, nos pasea por lo más sordido y casposo del panorama hispano actual.
En este viaje valleinclanesco nuestros ojos serán los de Paco, un matón venido a menos al que las deudas de favores y dinero obligan a tener a su cuidado a Álex, el desaliñado sobrino del "padrino" de turno. A estos dos "tipos duros" pronto se les unirá la tercera en discordia, Tatiana, una joven prostituta que esconde más de lo que muestra. Puede que el planteamiento en si no sea muy original, y quizá los personajes no aporten nada nuevo a un genero tan trillado como es la comedia negra, pero gracias a las solidas interpretaciones y a los inteligentes giros de guión, el film funciona innegablemente bien, aportando momentos francamente divertidos, como la secuencia inicial, o el impagable baile erótico de Jordi Vilches. Y es que en la efectividad de sus interpretes reside gran parte del peso de la cinta, que sale más que airosa gracias al talento de actores ya consagrados como Resines o Rosa Maria Sardá y de jovenes rostros como el de Vilches, Elena Anaya o la espléndida Mariola Fuentes.
Comenta Juan Martínez que sus principales fuentes de inspiración le vinieron de mano del cine negro americano, y de las crónicas de sucesos de la prensa de provincias. Teniendo influencias tan diversas no es de extrañar que el resultado sea una película tan original como graciosa, tan esperpéntica como francamente irreverente. Una producción divertidamente seria que tiene su punto tierno pero que sabe ser dura cuando hay que serlo. Y es que aquí no nos vamos a encontrar con la violencia inocua de Los angeles de Charly o Lara Croft. En "Dos tipos duros" los protagonistas no son modelos a seguir y cada acción tiene su (sangrienta) consecuencia.