Cada 23 años y durante 23 días, el predador Creeper resurge de su nido de oscuridad y despensa de cadáveres, y emerge a la superficie en busca de carne fresca con que alimentarse. Elige entonces con su olfato las víctimas idóneas, buscando de cada una de ellas una parte en concreto de su cuerpo, para metabolizarla y mantener su horrendo físico vigoroso.
No obstante, sin los 23 años de por medio en este lado, asistimos sin remedio al regreso del bicharraco volador promovido por las buenas cifras en taquilla. Capaces los dólares de doblegar la voluntad de su creador, un Victor Salva que quería dejar las cosas como estaban, le cambia las botas por garras y lo devuelve a la comilona. En la anterior ocasión, había logrado atisbar algún que otro elemento interesante por en medio de bastante mediocridad en tono de thriller tópico, y es que el monstruito que arrancaba a los dos jóvenes hermanos de una road movie pilotando su propio vehículo, desconcertaba e involucraba antes de exhibir su naturaleza cruce de Krugger y Terminator dispuesta a darnos una matanza desalentadora.
Pero ahora, si bien crea una estética interesante con su siniestra pose de espantapájaros liberado surcando maizales, en su enfrentamiento al autobús de baloncestistas y animadoras acaba perdiendo porte respetable y convirtiéndose en una atracción para los adversos al grupito estudiantil, comida indigesta surgida a modo de fast-food de la epidérmica reincidencia de género.
Coherente pues con lo que se podía esperar, mantiene lo justo la atención para seguir observando las desgracias de los jovenzuelos aprisionados en autobús escolar, encaminando las sucesivas caídas a un final acomodado a las cuentas de caja. Desde ellas y su mandato imperativo y matemático, caso de rentabilidad se podrá imponer pues la recolecta de nuevo grupito de palurdos-comestibles, sacar el disfraz gargoliano del susodicho del armario, y lanzarse a nuevo festín adolescente.
Quizá con el tiempo, se convierta en una saga y podamos volver a practicar los números romanos con el tedio de sus continuaciones. Y con mucho tiempo, hacer un trío con Jason y Freddy y disfrutar viendo quién se come a los mozos.