Su rodaje finalizó en el año 99, y el estreno oficial de esta producción británica data de hace ya casi dos años. Es por ello extraño que la espera haya sido tan larga para una película que siempre habría contado con, cuando menos, presencia mediática. No en vano cuenta con la que para algunos es la mejor actriz del cine reciente, dejando aparte encantos femeninos que podrían llevar a hacer afirmaciones más contundentes.
Pero aparte de ese indudable valor, "Oscura seducción" tiene personalidad y rasgos propios, una historia interesante -la de un hombre solitario que acaba participando de un rutilante programa de encuentro con mujeres rusas- que se sabe encauzar sin caer en tópicos, sin languidecer ni desquiciarse, a la que quizá le falten explosiones, tiroteos y frases burdas para gustar a la industria y no tenerla varada dos años en el purgatorio de las buenas intenciones.
El guión es inteligente y correcto, las interpretaciones -aparte de los rusos haciendo de rusos- destacan por la citada y un Ben Chaplin que no pierde el sitio y participa de discusiones, absurdos, o incluso mamporros que saben sacar humor de la presión del nerviosismo.
Lástima que una oferta tan sugerente se maltrate con estos retrasos, seguro que a una cinta de Tomito Cruise nunca le harían algo así.