El problema viene con los resultados que está dando este tipo de adaptaciones, para agachar los hombros y perder la esperanza. ¿Cómo se intenta evitar en la producción de Doom 3? Pues como siempre, hay que tratar de indagar en sus responsables. Por lo que nos dice el “olfato” y en un ejercicio de desconfianza, hagamos algo tan desalentador como iniciar la exposición refiriéndonos a los productores. Tenemos a Lorenzo Di Bonaventura, títulos previos conocidos, Constantine (adaptación de un cómic, curioso) y Four Brothers (Singleton vuelve al suburbio de forma cuestionable). Nada concluyente por aquí. John Wells por su parte, tiene un curriculum más extenso entre TV y cine y en el que hay cosas como Lejos del Cielo y... ¿una de John Waters? Sí, los sexoadictos. Sorprendente.
Pasando del resto de seres maquinantes del dólar para buscar al equipo técnico, ahí hay que presentar al polaco Andrzej Bartkowiak, cuyo nombre impronunciable había aparecido primero en el apartado técnico de numerosas películas en que intervenía como responsable de la fotografía (con cintas tan conocidas como ‘El abogado del diablo’, ‘Dante’s peak’, ‘el honor de los Prizzi’, o ‘los gemelos golpean dos veces’) y que le llevó después a dirigir ‘Romeo debe morir’, ‘nacer para morir’ y ‘herida abierta’. Él dará traslado al guión de un debutante (hum) David Callaham y de Welsley Strick, excrítico de música para la Rolling Stone que luego escribió Solo Ante la ley, aracnofobia, El cabo del terror, Análisis Final o El Santo entre otras.
Como “estrellas” de la actuación destacan Karl Urban, conocido por la trilogía de Tolkien y Dwayne “The Rock” Johnson. Curiosamente son declarados fans del juego... algo que también hizo la Jovovich respecto a Resident Evil o Jolie sobre Tomb Raider... ¿todos los actores son adictos o nos toman –o mejor lo intentan– el pelo?
Ubicados en los estudios Barrandov, allí tuvieron que convivir con un gran arsenal de armas pesadas cuidado por Stephen Scott (director artístico de Indiana Jones y la última cruzada y alguna que otra de James Bond) para ser fieles a una de las características principales, con la que se enfrentarían a otra: esos conocidos ‘tomates rojos’, soldados zombie o bestias repletas de fuego que para su creación necesitaban mucho cuidado. Para pisar sobre seguro contrataron a Stan Winston (creador de depredadores, terminators, dinosaurios jurásicos y últimamente figuras para los videojuegos de Midway ). Sobre el resultado final, a la hora de la verdad, la taquilla de EEUU manda mensajes relativamente claros y poco sorprendentes: el primer fin de semana llegó sin estridencias al número uno, con una audiencia claramente joven, para luego venirse abajo y hacernos pensar en que posiblemente Doom, que se hizo grande como videojuego, sólo por eso seguirá siéndolo.
