Así de claro lo dejó Robert Duvall en la última edición del Festival de San Sebastián: "si los ingleses tienen a Shakespeare, y los rusos a Chejov,los norteamericanos tenemos el western".Esto es justamente lo que ofrece "Open Range", film que se erige como sentido homenaje a los grandes de un género cien por cien americano. En este cuarto largometraje como director, Costner sigue a rajatabla los cánones clásicos de las películas del Oeste -en el film se reflejan los elementos más recurrentes del género:vaqueros cansados que guardan un oscuro pasado llegan a un pueblo dominado por un sheriff despiadado y corrupto, como veis poca novedad- y coloca a unos personajes muy esquemáticos que no logran cumplir su función.
En sus 140 minutos de proyección, "Open Range"traspasa los límites del buen y el mal cine.Por un lado, la factura resulta inmejorable(la fotografía de James Muro nos devuelve la solemnidad de los verdes pastos)y su convencional estructura de corte clásico nos trae a la memoria obras tales como "El Dorado", "Sólo ante el peligro" o "El Jinete Pálido". Sin embargo, hay algo sumamente importante que lastra irremediablemente esta perfecta envoltura y esto se nota cada vez que alguno de los protagonistas se pone a hablar.Y es entonces cuando me pregunto..¿Cómo es posible que una producción de esta entidad,con semejante casting produzca tal bochorno? la respuesta se encuentra en unos personajes planísimos, sin el manor interés apoyados en un guión de lo más limitado.
Kevin Costner ha querido realizar un western sutil, contemplativo, de grandes silencios(algo que se agradece)y lo único que consigue es adornar estéticamente por fuera lo que no se sostiene por dentro.En su defensa este film contiene buenos hallazgos,y es que detrás de tanta zafiedad descubrimos destellos de buen cine:sin duda el ajuste de cuentas final esta rodado con un portentoso ejercicio de estilo.Queda también para la posteridad la escena anterior al duelo, en ella los héroes entran para comprar caramelos y porcelana, muy buena.En cuanto al reparto, es imposible que a estas alturas alguien de la talla del señor Duvall tenga algún desliz interpretativo, desde luego lo tenía difícil.Aneette Bening está perfecta y el Costner sigue igual que en sus anteriores estrenos, está pero no está, vaga por el film sin saber cúal es su sitio, algo que también le ocurre a su personaje, por tanto lo clava.
Así pues, el resultado es un producto perfectamente fabricado, de estética clásica y nulo contenido, con escenas mal resueltas( la escena del salvamento del perro una patochada), que contrastan con otras de indudable belleza( en ellas, Costner se arriesga y triunfa: la escena del saloon y el citado duelo final).Lo demás el simple vacío.