América –del norte, por supuesto- vuelve a salvar al mundo. No podría ser de otra forma. ¿Qué el núcleo terrestre se para, provocando desastres a escala mundial? No hay problema: se coje al guaperas de turno, acompañado de la consabida partenair femenina y se les mete en una “supernave” rumbo al centro de la Tierra. Si a esto le añadimos al malo megalómano, al gracioso sin gracia y al inevitable actor de color de las películas de acción –cosas de la corrección política- tenemos el último engendro de la fábrica de sueños, (pesadillas en este caso), que es Hollywood.
“El Núcleo” parte de una idea medianamente original, que tan buenos resultados le dio a Julio Verne en la celebérrima “Viaje al Centro de la Tierra”. Pero aquí la historia es sólo un mero pretexto para lucir efectos especiales (que dicho de paso, son bastante cutres) y exaltar un patriotismo exacerbado, (ya nos quedo claro que América es la mejor, ¿por qué torturarnos más?). Pero como en toda película catastrofista que se precie aparecen secuencias de importantes ciudades europeas azotadas por los desastres naturales. Aparecen italianos comiendo pizza en la plaza de San Pedro, franceses tomando café y croisants enfrente de la Torre Eifell...vamos, que sólo se echa de menos una gitana comiendo tortilla en una plaza de toros representando la España más “lolailo”.
Por otro lado no se entiende que hace una actriz competente y de prestigio como Hillary Swank en medio de todo este circo. Pero lo que queda claro es que es el único reclamo de un film que da la impresión de haber sido hecho con mucho dinero y poco tiempo. Una chapuza a lo grande.