Se acabó. Al nombre que ha representado en los últimos años al vanguardismo en efectos visuales, a la revitalización de la ficción que ha dado la excusa perfecta para las luchas marciales ingrávidas, le ha llegado su final. Podría haberse realizado una segunda parte más comedida que aglutinase a ambas (Reloaded y Revolutions) en algo que se intuía en la precedente, pero demasiadas escenas para el lucimiento técnico, para poner en marcha una labor que llegara más y más alto en los esfuerzos por tocar techo, alargaban el metraje de ambas con sus danzas de golpes -o vergonzosas sesiones de baile en Zion- e impedían una buena selección con estructura más natural. Así se deja a este tercer episodio como un fragmento dependiente con que limitarse a dar el desenlace y cerrar la paraeta. Por medio, eso sí, de más peleas, de intentos inútiles de hacer posturas diferentes entre tiroteos que, afortunadamente, encuentran en los vuelos de Neo la posibilidad de alguna lucha de corte Dragon Ball, en la que sólo faltan kame-ames con Mr. Smith.
La conclusión de Matrix en sí no es un prodigio de guión, éste ha perdido ya todo el interés inicial. Mientras en la primera se daba un buen planteamiento -aparentemente cerrado- la 'Reloaded' sabía ganarse interés descubriendo nuevos aspectos con el arquitecto "tirando de la manta". Aquí, sencillamente se trata de acabar, hacerlo con algo de gracia, con golpes bajo lluvia y truenos en ambientación que le dé entidad propia. Y con eso, urdir un fin de fiesta tras una intensa batalla, con su correspondiente sobrecarga de pólvora y efectismo, por en medio de frases de ánimo heroico en las pausas. Todo para mostrar un elaborado destrozo en el curso de una busqueda de la tensión del último momento. Al terremoto se le atiende con un relativo gozo ante el despliegue pirotécnico, por más que también se reduzca y limite a esa naturaleza explosiva.
Cierto es que Matrix podría reabrirse en cualquier momento, pero también que salvo cambio lo impide la coherente voluntad del equipo integrante. Quizá sería de interés que la proyectada cuarta entrega de Terminator enlazara con ésta historia, sus bases han sido siempre demasiado parecidas. Pero de momento, descansemos tranquilos. A día de hoy sólo nos queda pendiente la odisea de Frodo.