Lo que en un primer momento se intuía una burda comedieta de cuernos, proporciona una agradable sorpresa.
El director argentino Eliseo Subiela tocó el cielo con las manos cuando en 1992 estrenó su mejor obra hasta la fecha El lado oscuro del corazón. Tras el éxito, sus posteriores producciones no han vuelto a alcanzar el nivel deseado, y en un intento por recuperar el prestigio perdido, estrena en el 2001 la segunda parte de la película que le lanzó al estrellato (El lado oscuro del corazón 2, con Ariadna Gil), obteniendo con ello un varapalo importante tanto de crítica como de público.
Con Lifting de corazón, Subiela se lame las heridas optando por una comedia supuestamente ligera que sin embargo logra abrir caminos a planteamientos menos livianos. Si en su obra cumbre el director se movía por terrenos donde la fantasía unida a la fábula dejaba un poso importante, en el estreno que nos ocupa los personajes permanecen firmes sobre la tierra, siendo conscientes en todo momento del paso del tiempo.
Eso precisamente es algo que Antonio (Pep Munné, con acento andaluz pero convincente después de todo) sabe muy bien. Cirujano plástico, a punto de ser abuelo y con una salud envidiable, inicia un idilio con una joven argentina (Moro Anghileri, vista en Buena vista delivery) durante un congreso en Buenos Aires. A su vuelta, su mujer (María Barranco) advierte que su marido ya no es el mismo.
La trama se centra, por tanto, en el enamoramiento sufrido por un marido temeroso de envejecer más que en el despecho de la esposa ultrajada, resolviéndose el embrollo a modo de comedia desenfadada, no sin dejarnos cierto regusto agridulce. Lo que en un primer momento se intuía una burda comedieta de cuernos, proporciona una agradable sorpresa que parte de un guión poseedor de unos cuantos recursos que hacen más amena la proyección al espectador en un buen puñado de escenas.
Hay casos en los que la idea es tan original que su desarrollo se ve frustrado por las amplias expectativas creadas. Esta vez pasa lo contrario: el ya manido argumento posibilita que su desenlace acabe por mejorar la premisa de la que se parte. La cinta supone un nuevo punto de partida en la carrera del cineasta argentino tras algún que otro resbalón fílmico. Esperemos que con Lifting de corazón pueda remontar su carrera... es un primer paso.