Fandigital y Comicdigital emplean cookies para determinadas funcionalidades. Si continúa navegando asume la aceptación de las mismas.
El código Da Vinci - critica de cine
Buscar en
Estás en CINE >> CRITICA >>
El código Da Vinci

La religión como ficción

Un artículo de MG || 22 / 5 / 2006

El resultado pasa a ser detestable sólo cuando uno se cierra completamente a entrar en su juego.

El pobre ciudadano medio no lo tiene bien con la cultura. Si los astros se alinean y decide acudir al engorroso soporte del libro, su lectura de masas lejos de dignificarle le hundirá más en su endémica ignorancia. Para una vez que hace el esfuerzo de unir letras en palabras, armar frases en su cabeza y formar por sí mismo a las imágenes que el autor relata, resultará que lo hace con un vehículo equivocado: el escritor que le ha dado esa posibilidad es un farsante, un mediocre reprobable que sólo busca su dinero de forma vil y vulgar. Y por si todo esto fuera poco, la Iglesia condenará a uno y a otro a arder en las llamas del infierno.
Toda una vida de letanía a favor de la lectura, y ahí va el best-seller a descubrir que existe la excepción que confirma la regla: no todos los libros son buenos. Y es cierto. Algunos no lo son por vulgares, otros por plúmbeos. Pero mientras los primeros acercan aun de forma casual al lector a la lectura, los segundos, imbuidos de elevada dignidad, los alejan por siempre jamás.

Algo similar sucede en el cine. Quien escribe estas líneas es un crítico agotado de los convencionalismos y la pompa recalcitrante que tan bien practican directores como Ron Howard, está acostumbrado a la mercadotecnia más desaprensiva y ramplona, y no podía estar peor predispuesto para los blandos enigmas de Da Vinci, sus juegos precalculados y su simplicidad para domar la taquilla. Incluso los augurios de Cannes servían para afilar los cuchillos. Ahora bien, condenar una película como El Código Da Vinci por la desproporcionada campaña de marketing, por buscar la especialidad del discurso de crítico ufano contracorriente que no es si no otra corriente, censurarla por poner tanto medio para hacer algo ostentoso a cualquier precio, sería injusto. Más cuando el resultado pasa a ser detestable sólo cuando uno se cierra completamente a entrar en su juego, que no tiene porque ser el mejor elaborado, el más maquinado ni el más brillante de todos. Pero tampoco el peor. Porque en realidad es medianamente correcto e incluso llevadero. Con las espaldas un poco curtidas, sus dos horas y medias se llevan bien, con una cierta curiosidad a pesar de varios detalles argumentales forzados propios de la mayor parte de historias de ficción -salvo las excepcionales- y de venir con una fama anormalmente grande.

Puede que en su presentación en el festival de Cannes le hayan lanzado cuchillos, los que estaban listos antes de que el proyector se pusiera en marcha de la misma forma que se preparaba un manto de flores al contemplar la lejana aura del nuevo advenimiento de Almodóvar. En todos los lugares cuecen tópicos… y fundamentalistas.

Además Dan Brown, que tiene bastante tendencia a ir a lo simple en lo que es a todas luces la mejor forma de llegar a un público amplio, en su necesidad de jugar con sus bases culturales no ha dudado en forzar los resortes de la cultura religiosa católica. Algo sabio, visto el apoyo de marketing indirecto logrado, y puestos a cuestionar religiones lo ha hecho con una que no le va a costar el cuello: si el ensañamiento con los dogmas se hubiera realizado con la de una religión vecina, la lista de tareas de cierta organización terrorista muy vistosa estos días mediría su extensión por la de los títulos de crédito. Lejos de tomarse en serio, el ejercicio de ficción es descarado… y con todo algunas religiones han durado siglos con menos base.

Es por ello que El Código Da Vinci, como producto estudiado para encandilar a grandes masas, con estrategias propias de guionista suplente de Indiana Jones, de herederos adormilados de la escuela de McGyver, y con el aprovechamiento de las horas perdidas por el espectador en impuesta educación religiosa escolar, no puede ser desdeñada por funcionar como vehículo de entretenimiento del público, más si este logra aguantar su metraje. Porque mala forma de asimilar la cultura cuando se convierte en un vehículo para despreciar a quienes supuestamente no la tienen y que sólo buscaban dos horas de evasión y no de envanecimiento o desarrollo personal. Porque para esos propósitos, seguro que hay formas mejores, y difícilmente Dan Brown inyectará nunca su crematística de masas en tratados filosóficos. A veces el cine hay que dejarlo para lo fácil, y quien acude a una adaptación de una novela tan tacaña en calidad como efectista y exitosa, sabe a qué acude.

FICHA TÉCNICA DE EL CÓDIGO DA VINCI

Título original: The Da Vinci Code

Fecha de estreno: 22-05-2006

Año: 2006 Duración: 149 min

Director: Ron Howard

Guión: Akiva Goldsman
Intérpretes: Tom Hanks, Audrey Tautou, Jean Reno, Jürgen Prochnow, Paul Bettany, Etienne Chicot, Jean-Pierre Marielle, Clive Carter, Seth Gabel, Jean-Yves Berteloot

Lo mejor:  

-Aguantar con un cierto interés su metraje.
-Ayuda a desvelar los misterios del fundamentalismo cultural.

Lo peor:

-Simpleza en bastantes giros y vocación desmedida por su uso.
-La sensación de desubicación de Autrey Tatou, la contención de Tom Hanks.

Puntuación:

6

Película de misterios con argumento de transgresión religiosa juzgado severamente por su desproporcionada fama.



Ver pases de El código Da Vinci en ciudad...

Buscar EL CÓDIGO DA VINCI en

Buscar EL CÓDIGO DA VINCI en NEWS

Buscar EL CÓDIGO DA VINCI en









© Revista Fandigital.es 2000-2015
Revista iPad / | Contactar