Enésima película de terror con niñata de paso zambo y greñas hasta la rodilla
Era uno tan iluso como para pensar que la globalización nos permitiría conocer culturas diferentes, intercambiar visiones de la vida a lo largo y ancho del globo terrestre, abrir nuestras mentes a concepciones de la existencia ajenas a las nuestras. Pero al final todo se ha reducido a que cada país, por peculiar que sea en principio, abdique de su propia personalidad y se presente ante la audiencia internacional limpio de elementos que puedan interferir con una comprensión genérica de sus propuestas.
O eso, o la marginación. Porque siendo Tailandia, por ejemplo, un país con una cinematografía emergente y curiosa –acaba de editarse en España un libro sobre el tema, Luces de Siam (editorial T&B)- resulta que sus producciones no tienen cabida en las pantallas españolas. Y cuando una de ellas logra estrenarse, no es más que una oportunista explotación del terror que Japón puso de moda en todo el mundo con The Ring y Dark Water.
Shutter es, en efecto, tailandesa. Pero salvo por un par de detalles de localización, podría estar rodada en cualquier país asiático. No es sino otra película de terror con adolescente de paso zambo y cabellos hasta la rodilla que persigue al causante de sus desdichas en vida, en esta ocasión un fotógrafo.
Con todo, el planteamiento podría haber dado lugar al menos a un cuento de terror efectivo. Pero el argumento no pasa del enunciado, mezcla interesadamente pesadillas y realidad por aquello de romper el equilibro del espectador y llenar metraje, y es rematadamente vulgar en los aspectos interpretativos y visuales.
Tan solo pueden destacarse una mínima reflexión en torno a la subjetividad del arte fotográfico, y un último plano que dota a la historia de cierta aureola trágica. Claro que demasiado tarde.
Viendo Shutter recuerda uno con añoranza los tiempos en que este género le pareció lo más novedoso y escalofriante del mundo. Ahora mismo, como no sea tratado de manera experimental –como en Seres Extraños, de la que no hemos tenido ocasión de escribir- el terror oriental parece totalmente agotado. Cuando la última entrega de Scary Movie ya hace mofa del asunto, mejor pasar a otra cosa.