El Instituto de Cinematografía y Artes Visuales ha galardonado con el Premio Nacional de Cinematografía 2006 al cineasta catalán Joaquín Jordá. Jordá había fallecido el pasado 24 de junio dejando tras de sí una película inédita (Al otro lado del espejo) y una carrera marcada, como destaca el acta de concesión del premio, “por su capacidad como guionista y director para abrirse a nuevas formas del relato audiovisual, romper los límites entre cine documental y de ficción, y convertirse en maestro de varias generaciones de cineastas”.
El director había nacido en Santa Coloma de Farners en 1935. Aunque pertenecía a una familia volcada en las leyes, y él mismo inició estudios de Derecho, su suerte estuvo echada desde el momento en el que, con 17 años, ganó 25.000 pesetas por un guión que daría lugar a la película Siempre es domingo (Fernando Palacios, 1961).
Entre sus películas más reputadas figuran los documentales De niños (2003), Monos como Becky (1999), El encargo del cazador (1990), Númax presenta… (1979) y su secuela Veinte años no es nada (2005); y obras de ficción como Dante no es únicamente severo (co-dirigida por Jacinto Esteva en 1967).
No solo el cine ocupaba a Jordá. También tradujo a escritores como Lewis Carroll o Leonardo Sciacia, colaboró en los guiones de varias películas de Vicente Aranda (El Lute, Carmen), y militó activamente en la izquierda antifranquista.