Involución o no (en sus propias palabras), Santiago Segura sigue su andadura por el mundo de la producción, terreno de billetes y decisiones por encima de la autoría, que pese a todo no impiden -si no que aconsejan- su presencia anecdótica.
Con Una de Zombies, evidentemente nos encontramos con una película... de zombies, con todo lo que ello conlleva. Género aparentemente superado en la época ochentera de interminables noches de muertos vivientes, recientemente había regresado con otra aparición en que también intervenía Segura -y la hermosa Patakis, por qué olvidarla- en Beyond Re-Animator. A pesar de que esta última ya había sido rodada en España, "Una de zombies" es la verdadera aportación castiza al fenómeno sanguinolento gamberro. Repleta del humor negro característico de éste subgenero, se le añade otro más cercano, un concentrado de caspa desinhibida que emana del alma del añorado personaje torrentino, y que se convierte en el tono de diálogo para esta alocada historia de muertos vivientes. Es así como entre chapurreos de España profunda, estética sucia y cutre, con esporádicas apariciones de Death Metal, se va marcando un ritmo tan atropellado como el esperpéntico guión permite. La idea de servir una trama desaforada se ceba no ya en lo gore, sino en cualquier muestra escatológica con minutos de especial dedicación a la vomitona recurrente. Este uso y abuso de lo políticamente incorrecto, lastre invencible para alcanzar a todos los públicos, va de exceso en exceso entre gags de corte meseteño, combinando el humor más extremo con el más solvente. Además, todo acaba obteniendo una inesperada lógica cohesionada para el despliegue de muertos vivientes, su historia de 'losers' que sorprendentemente aspiran a hacer películas -y que, a la vista está que lo consiguen- se desenvuelve en un aire original para quienes soporten el repelús de sus escenas, y los atropellos argumentales de sus saltos temporales, resultará interesante a su particular manera, incluyendo superficialmente simpáticas reflexiones sobre la relación creador-personaje y de otros detalles del cine patrio.
Aunque los amantes del decoro y un mínimo sentido del gusto, renegarán mucho antes. Probablemente a ellos no les haga gracia la sucesión burlona de vomitonas.