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The Amazing Spider-Man - critica de cine
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The Amazing Spider-Man

¿Qué soy?

Un artículo de Diego Salgado || 05 / 7 / 2012
Spider-Man
Etiquetas: Spider-Man / / / Cine + Cómic / Aventuras / Fantasía /

Para cualquier fan de Spider-Man, la sobreexplotación del personaje, y no solo en la gran pantalla, ha desembocado en la dilución progresiva de su interés.

Ya está a vuestra disposición un nuevo número para iPad de esta publicación. E incluye un editorial recomendable sobre las miserias de la cultura popular presente, modelada en torno a las marcas. En lo relativo al cine mainstream, no cabe duda: ya no cunden ni los grandes relatos, ni las estrellas, ni siquiera eso del high concept, el reducir las más complejas narraciones a veinticinco palabras capaces de prender la atención del productor y del espectador. Lo que cuenta hoy por hoy es adquirir valor de marca y exprimirlo en todas las variaciones y formatos posibles, como hacemos nosotros mismos en tanto usuarios de las redes sociales.

Objetivo: la satisfacción del consumidor. Menos con las prestaciones intrínsecas del objeto, que con los beneficios que una elección caprichosa, acrítica, propiciará en nuestro estatus social: "¿Seré retuiteado si dedico mis ciento cuarenta caracteres a The Amazing Spider-Man?" Debe procurarse, eso sí, que el resultado mantenga ciertas “propiedades originarias”. Es decir, unas señas de identidad que permitirán simular a quienes lo generan y quienes lo fagocitan que lo que comparten tiene alguna sustancia. Aunque, de tanto como se han usado y se ha abusado de ellas, tales señas de identidad hayan derivado en tics vacuos, irrelevantes, hasta autoparódicos; transmisores de empacho, insatisfacción, y poca cosa más.

Spider-Man es una marca respetada a nivel mundial. Con inmenso valor. Y, centrándonos tan solo en los últimos tiempos, hemos sabido que es negro, ha muerto, tendrá un compañero, ha protagonizado un musical, su origen en la versión cinematográfica que ahora nos ocupa ha sido renovado… Para el fan de Spider-Man, y más si tiene una edad, todo esto desemboca en la dilución progresiva de su atención, en la comprensión de que bajo tan infinitas y vistosas máscaras (avatares), únicamente reinan el desconcierto y la impotencia.

Cuando Stan Lee y Steve Ditko crearon al personaje en 1962, ese Peter Parker que gracias a sus recién adquiridos poderes arácnidos esquivaba un automóvil trepando un muro, delataba con su asombro el del pop ante su poder naciente en aquellos momentos, ante el auge de lo que hasta entonces no había sido sino el subsuelo de la cultura. Por contra, cuando Sam Raimi reinterpretó a Spider-Man en 2002, lo primero que comprobaba Peter es que gracias a la dichosa picadura de la araña radioactiva había desarrollado una gran masa muscular y le sobraban las gafas; el friki había triunfado, su cultura y su modo de ver el mundo arrasarían en el cine de todo el mundo durante la siguiente década, hasta nuestros días.

¿Qué sucede cuando el Peter que encarna en The Amazing Spider-Man Andrew Garfield desarrolla la agilidad, destreza y fuerza proporcional de una araña? En realidad, nada. La película, en cuyo guión han intervenido oficialmente James Vanderbilt (Zodiac), Alvin Sargent (ya implicado en la trilogía sobre el hombre araña protagonizada por Tobey Maguire) y Steve Kloves (máximo responsable creativo de la saga Harry Potter), conjuga el origen consabido del superhéroe con la aparición del Lagarto, uno de sus mejores enemigos; el romance con Gwen Stacy (Emma Stone), su primer amor; y, máxima novedad, la aparición de sus padres, Mary y Richard Parker. Pero lo hace sin chispa ni convencimiento; con un sentido acumulativo, apresurado, contraproducente, de acontecimientos esenciales que al Spider-Man de los cómics le ha costado años asimilar.

El hecho de que el hombre araña emplease lanzarredes orgánicos en Spider-Man y sus dos secuelas, y en The Amazing Spider-Man estos sean artificiales, facilita una equiparación perfecta entre aquellas películas (exceptuamos por supuesto la lamentable Spider-Man 3) y esta nueva aproximación al personaje de Lee y Ditko: Los films previos respiraban una organicidad, una una desenvoltura, ausentes por completo de esta falsamente sofisticada, desangelada nueva aproximación.

Por otra parte, no son pocos los defectos estrictamente formales de The Amazing Spider-Man, más allá del respeto incuestionable, trabajoso, por el personaje que se detecta en pantalla. Abundan los cabos sueltos: Que nos hallemos ante el intento por iniciar una segunda franquicia, no justifica las numerosas insinuaciones sin explorar. También los graves descuidos: ¿Cuántos neoyorquinos ven a Spidey sin máscara? Y los momentos desafortunados: Esa rata lagarto, o Garfield y Stone parodiando más que interpretando a dos adolescentes azorados en el pasillo de un instituto. Las conversaciones las componen aforismos supuestamente trascendentes que no pasan del lugar común, lo que desluce el trabajo de un buen reparto. La gravedad fotográfica y el fetichismo hacia los detalles remiten burdamente al Batman de Christopher Nolan. Y los aciertos en la realización de Marc Webb y el 3D lo son a nivel puramente icónico, para resaltar la figura del superhéroe. Last but not least, el Lagarto es uno de los villanos peor formalizados digitalmente que recordamos.

Lo más extraño y revelador, sin embargo, y volvemos con ello al principio, está en el Peter Parker que nos brindan Andrew Garfield y Marc Webb. Un tipo neurasténico, esquizoide, simple mirón de la mayor parte de los hechos que nos cuenta The Amazing Spider-Man. La mirada alucinada de Garfield nos trae a la memoria la del Norman Bates de Psicosis y, si sumamos a ello guiños a otros títulos de Alfred Hitchcock como La Ventana Indiscreta, Cortina Rasgada o Enviado Especial, se perfila de modo preciso un caso de alienación, de extrañeza, de incapacidad del personaje para desempeñar el rol que le toca representar en la ficción y de la película para hacer lo propio en el universo del hombre araña.

Cuando quedan pocos segundos para que acabe The Amazing Spider-Man, oímos a una maestra de literatura predicar que, “aunque se suela decir que existen diez argumentos, solo existe uno. El que trata de contestar a la pregunta: ¿Quién soy?”. Es palpable que Andrew Garfield no sabe responder a la cuestión de quiénes son Peter Parker y su alter ego enmascarado, por muchos registros interpretativos que adopte; ni tampoco The Amazing Spider-Man sabe responder al correspondiente “¿Qué soy?”, más allá del hype, del marketing, del evento friki, de los comentarios en las redes sociales, de la necesidad de Sony de rodar otro film sobre el trepamuros si no quería que sus derechos revirtiesen en Marvel.

FICHA TÉCNICA DE THE AMAZING SPIDER-MAN

Título original: The Amazing Spider-Man.

Fecha de estreno: 06-07-2012

Web oficial: www.theamazingspiderman.com/ |

Año: 2012 Duración: 136 min

Director: Marc Webb.

Guión: Steve Kloves, James Vanderbilt, Alvin Sargent, basado en el cómic de Stan Lee, S
Intérpretes: Andrew Garfield, Emma Stone, Rhys Ifans, Martin Sheen, Sally Field.

Lo mejor:  

-Es irreprochable desde el punto de vista del respeto por el personaje y el público. Se ha hecho con profesionalidad.

Lo peor:

-Quedará sepultada entre "Los Vengadores" y "El Caballero Oscuro: La Leyenda Renace", y con razón.

Puntuación:

5

Para fans completistas de las adaptaciones de cómics de superhéroes al cine. Aunque sea culpa de su conformismo que las productoras insistan una y otra vez con los mismos personajes y registros.



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