El Parlamento Europeo ha rechazado por una gran mayoría el acuerdo comercial conocido como ACTA [Acuerdo Comercial Anti-Falsificación], que incluía entre otras la adopción de acciones punitivas contra la piratería en Internet. Es la primera vez que el Parlamento no se acoge a un tratado internacional de comercio.
ACTA es un acuerdo multilateral voluntario promovido por gobiernos de países industrializados y lobbies varios, cuyo borrador ya llegó al Parlamento Europeo despojado para nuestro continente de sus medidas más duras y polémicas. Aun así, el Parlamento ha consensuado que ACTA es ambigua, permitiría a las autoridades ejercer como espías y censores en Internet, y propiciaba sanciones penales desproporcionadas contra quienes violasen los derechos de autor y la propiedad intelectual.
En otro orden de cosas, el Tribunal Supremo de nuestro país ha dado el visto bueno jurídico a la Ley Sinde, cuya aplicación inicial el pasado mes de junio ha permitido abrir ocho expedientes contra webs que enlazan contenidos sujetos a derechos de autor.