En mayo de 2011, os anticipábamos que la desarrolladora de videojuegos Ubisoft había decidido crear, más obligada por el actual panorama transmedia que por convicción, una productora cinematográfica y televisiva, Ubisoft Motion Pictures, con la que controlar las adaptaciones a esos medios de sus videojuegos más rentables y prestigiosos: Assassin's Creed, Rayman y Splinter Cell.
La experiencia sufrida con la mediocre Prince of Persia: Las Arenas del Tiempo llevaba a los responsables de Ubisoft a declarar explícitamente en noviembre que las adaptaciones al cine de sus videojuegos se harían bien o no se harían. Y, de hecho, el trato al que la desarrolladora había llegado con Sony Pictures para el caso de Assassin’s Creed contenía tantas restricciones que Hollywood había mostrado escepticismo ante la viabilidad del proyecto.
Pues bien, Ubisoft no solo no ha relajado su postura, sino que la ha radicalizado. En primer lugar, ha roto el acuerdo con Sony, de manera que Assassin’s Creed se producirá de manera independiente y, solo una vez realizada, Ubisoft negociará su distribución con un gran estudio. Pero es que, además, los efectos visuales del film serán realizados en el seno de Ubisoft y, más en concreto, por los técnicos de Hybride Technologies, empresa del ramo que la desarrolladora adquirió en 2008.
A nivel estrictamente creativo, la gran noticia es que Ubisoft ha negociado con uno de los actores con más crédito de hoy, Michael Fassbender (en la imagen, como el militar romano Quintus Dias en Centurión), el protagonismo y hasta la participación en la producción de Assassin’s Creed. Fassbender, capaz de liderar indistintamente cintas tan turbias como Shame y superproducciones como X-Men: Primera Generación, era para los directivos de Ubisoft “nuestra primera opción, al tratarse de un intérprete talentoso, versátil, inteligente y comprometido con sus papeles”.