Hollywood continúa cavando en su propia historia, preferiblemente en sus grandes éxitos de los años ochenta. Ahora le toca el turno a Amor sin Fin (en la imagen), una de las películas románticas más celebradas de aquella época.
A partir de la novela homónima de Scott Spencer, Amor sin Fin narraba una historia de amor entre adolescentes que rozaba lo patológico, aunque el esteticismo del director Franco Zefirelli y la delicada belleza de Brooke Shields hacían parecer la película más cursi de lo que era realmente. La película ganó el Óscar a la mejor canción original, Endless Love, interpretada por Lionel Richie.
La nueva versión de Amor sin Fin será dirigida por Shana Feste. Las dos realizaciones previas de Feste, la tragicomedia romántica El mejor (2009) y el drama musical Country Strong (2010) han estado lejos de entusiasmar a nadie, pero han proporcionado oportunidades de lucimiento a intérpretes como Aaron Johnson, Carey Mulligan, Leighton Meester y Gwyneth Paltrow.