La comedia, aun con pinceladas agrias y dramáticas, ha sido protagonista del palmarés correspondiente a la 54 edición del Festival de San Sebastián, clausurada el sábado con la proyección de Lonely Hearts, producción norteamericana dirigida por Todd Robinson que recrea los hechos reales ya contados por Leonard Kastle en Los Asesinos de la Luna de Miel y por Arturo Ripstein en Profundo Carmesí.
El máximo galardón del certamen, la Concha de Oro, ha sido concedido ex aequo por el jurado que presidía la actriz Jeanne Moreau al film francés Mon Fils à Moi, sórdida historia dirigida por Martial Fougeron en torno a una madre obsesionada con su hijo adolescente, y a la realización del kurdo iraní Bahman Ghobadi Niwemang, road-movie con músicos como protagonistas. Ghobadi ya se había alzado con la Concha de Oro hace dos años por su celebrada Las Tortugas También Vuelan. En esta ocasión la Concha para Niwemang se ve acompañada por otro premio que reconoce la calidad de su fotografía, obra de Cirghton Bone y Nigel Bluck. A su vez, la película de Fougeron ha conseguido para su intérprete principal, Nathalie Baye, la Concha de Plata a la mejor actriz.
Juan Diego ha sido honrado con la Concha de Plata al mejor actor por su papel en Vete de Mí, segundo largometraje de Víctor García León que se estrenó el viernes en toda España. Delirious, desventura agridulce de un paparazzi neoyorquino encarnado por Steve Buscemi, obtuvo los galardones correspondientes al mejor guión y al mejor director, ambos para Tom DiCillo. Y el Premio Especial del Jurado fue para El Camino de San Diego, otra historia mínima del argentino Carlos Sorín.
El director del festival, Mikel Olaciregui, calificó la presente edición de muy positiva, y subrayó el respaldo que la programación ha encontrado en los medios de comunicación y “entre el público, que ha abarrotado las salas”.