Pasando a tu faceta de productor en la vida real. ¿Tiene algo que ver esa seriedad, esa mesura que algunos te echan en cara últimamente en la promoción de tus películas con tus preocupaciones como productor?
Yo es que todo lo que hago me lo tomo en serio porque creo que si me lo tomase a cachondeo el que no disfrutaría sería el público. Es como en el teatro, para que el público disfrute tú tienes que sufrir muchísimo allí arriba, pero dar la sensación de que te estas divirtiendo. Igual pasa con "La Maquina", que ha sido una película dura de hacer, levantar el presupuesto ha sido difícil. Tuvimos problemas con el guión porque quería que hubiera más comedia y llamamos a los guionistas de "Vaya Semanita". Despues los castings, el girar personajes... Fue una película dura, pero luego cuando la ves, solo ves una película divertida que te lo hace pasar bien.
En tu primera juventud, ¿eras habitual de entretenimientos de salón recreativo? ¿Viviste la cultura del centro recreativo, las máquinas de videojuegos, etc?
Sí claro, lo que pasa es que yo era de los que miraban, no de los que jugaban, porque no tenía ni un duro. Pero me gustaba el Pac-man por ejemplo. Y últimamente el juego que más me a gustado es precisamente la máquina de bailar. Y en la PSP el "Mercury", un juego de habilidad en el que manejas una bola de mercurio para ir salvando obstáculos. Es impresionante, si te engancha no hay quien te pare.
Has trabajado con Pablo Carbonell, ahora estrenas una película con Corbacho. Teniendo en cuenta que eres considerado por muchos como todo un showman, ¿no te interesaría seguir sus pasos, iniciar una carrera en la televisión?
Lo de Corbacho me encantaría. Tener un programa en el que puedes interpretar a cinco o seis personajes semanales, me encantaría. Pero no puedes hacerlo todo. Yo ya he pasado esa etapa. Estaba en "El Peor Programa de la Semana" con el Gran Wyoming de maestro de ceremonias, haciendo "sketches" con Pablo Carbonell, Alex Angulo, Jesús Bonilla. Tuvimos nueve programas y nos echaron a patadas. Te estoy hablando de hace doce años. Es que ya tengo una trayectoria, miro atrás y he hecho un poco de todo. Parece que fue ayer cuando estaba empezando, cuando estaba en "El Día de la Bestia" y aún no me lo creía.
Teniendo en cuenta esa película, por la que recibiste un Goya, y viendo que eres un actor reconocido y como decías con una larga trayectoria, ¿no te gustaría dar un giro a tu carrera e interpretar personajes más serios?
Soy reconocido en la calle, la crítica nunca me ha reconocido. De hecho creo que soy el hombre más nominado a los "Antigoya". Pero no me gustaría cambiarlo y meterme en papeles más serios. No sabes la felicidad que da el ir por la calle y ver que la gente a tu paso se sonríe. Ves a unas señoras de ochenta años, que se dan un codazo y dicen "mira, Segura" y luego unos chavales de doce y hacen lo mismo. A mí eso me parece increíble. Me siento como una especie de enanito que va repartiendo alegría. Te hace sentir bien.
¿Y la parte mala de la fama?
A mí me gusta la popularidad y el reconocimiento a mi trabajo, pero la fama es una mierda. Tu vas a un restaurante a cenar tranquilamente y te vienen seis personas a que les firmes autógrafos y cuando te das cuenta tu cena está fría, o estas ligando en una discoteca y se te acerca un borracho a preguntarte si el tripi que te comiste en "El Día de la Bestia" era de verdad . Eso es la fama. Por otro lado también conlleva que la gente te conoce, que reconocen tu trabajo. Pero más que fama es el reconocimiento a tu labor, esa es la fama que me gusta. No la fama absurda que puede tener el día de mañana cualquiera que salga de Gran Hermano.