De todas las variantes del espía que la industria cultural nos está ofreciendo en los últimos años y que parece irá a más, una de las más sorprendentes es la concebida por Jon Stock, novelista y periodista británico que, a lo largo por ahora de cuatro libros, ha narrado las aventuras de Danny Marchant, un joven DJ que, tras la muerte de su padre, agente del servicio secreto británico, decide integrarse en ese ámbito, aunque las cosas estarán lejos de ser convencionales con él como espía.
La primera novela sobre Marchant que se verá en cine será Dead Spy Running (en la imagen, su portada), con la que el estudio Warner Bros. pretende gestar su propia franquicia de este género en la estela de las de James Bond y Jason Bourne. El director de Dead Spy Running, tras barajarse durante un tiempo los nombres de Stephen Gaghan y Jonathan Levine, será Adam Wingard, conocido por realizaciones efectivas de terror con bajo presupuesto como A Horrible Way to Die y You're Next.
Wingard realizará la película a partir de un guión escrito por su colaborador habitual y amigo Simon Barrett, que ha prometido hacer justicia a la singular propuesta argumental de Jon Stock sin que la película sea ridícula.