El director norteamericano Martin Scorsese anunció el pasado domingo, en el marco del nuevo Festival Cinematográfico de Roma, su intención de rodar sus siguientes proyectos con bajos presupuestos.
Es su reacción a las dificultades que ha encontrado durante la filmación de Infiltrados (The Departed), que con un coste de 90 millones de dólares se vio sometida a un riguroso control por parte de Warner Bros. Pictures. Scorsese aceptó el guión de esta película por su calidad, y de hecho en Estados Unidos Infiltrados ha sido alabada por la crítica y ha recaudado en solo diez días 57 millones de dólares; pero el director cree que la sobreproducción de los films coarta la independencia creativa y anula la capacidad de riesgo.
De esta manera su siguiente película, una adaptación de la novela de Shusaku Endo Silencio, será una producción "a pequeña escala", a pesar de ubicar su acción en el Japón del siglo XVII.