Que Nicolas Cage se ha convertido en un actor de culto, en una figura que ejemplifica muchos de los absurdos de nuestra época y emana un magnetismo malsano, es indudable. No solo interpreta todo tipo de bodrios de acción y suspense a razón de uno al mes, sino que empiezan a rifárselo autores como Werner Herzog (véase Teniente corrupto, en la imagen) o el que ahora nos ocupa, Richard Kelly.
Kelly, director de títulos en sí mismos tan idiosincrásicos como Donnie Darko, Southland Tales y La caja, ha conseguido que Cage protagonice Amicus, intriga basada en hechos reales que Kelly también ha escrito y producirá.
Amicus recreará la vida de Rodney A. Smolla, decano universitario y experto en leyes, envuelto hace unos años en una peregrina demanda que presentaron los familiares de tres asesinados contra la editorial de un libro, Hit Man: A Technical Manual for Independent Contractors, que el criminal había empleado para aprender cómo matar “profesionalmente”.
Una historia llena de facetas demenciales y satíricas a la que sin duda harán justicia Cage y Kelly.